miércoles, 7 de marzo de 2012

Andes. Perú. Huaraz. Cordillera Blanca. Cultura. Cine documental. Revista Peripheria. Proyecto Peregrina. Carlo Brescia. Entrevista

Peripheria era una revista cultural que además de circular por la capital del andinismo peruano, Huaraz, se encontraba en los lugares más insospechados del país. Sus variados contenidos aún entretienen y revelan detalles cotidianos inadvertidos a muchos investigadores, andinistas, viajeros, turistas y lugareños. Cualquier lector consciente de la coyuntura del Perú entre 2005 y 2008 podía percibir el gran esfuerzo del editor, Carlo Brescia.

Carlo Brescia
Foto: Archivo Carlo Brescia


Entrevista a Carlo Brescia
entrevista completa

Carlo, ¿por qué decidiste editar la revista Peripheria?

Porque quería dar a conocer temas que me parecían importantes, tanto para la gente que vive en Huaraz como para la que nos visitaba. Por eso se publicaba en inglés, en castellano y en los últimos años en versión electrónica.

La publicación tenía tres objetivos. Uno era comunicar las experiencias de proyectos de desarrollo en la zona. Por lo general no hay en el departamento de Ancash muchos espacios para este intercambio de saberes.

Otro objetivo era transmitir el conocimiento generado por las personas que nos visitan desde universidades extranjeras. Vienen antropólogos, arquéologos y otros investigadores, se quedan meses, pero muy pocos de sus estudios llegan después a Perú.

El tercero fue compartir experiencias de tendencias culturales y relatos de aventura o de escaladas en la Cordillera Blanca. De las entrevistas a andinistas y los artículos sobre andinismo surgió un cuarto objetivo: divulgar información sobre las rutas de escalada en roca de la zona.


Revista Peripheria, nº 8 2007
Imagen: Carlo Brescia


¿Por qué dejaste de publicar la revista?

Después de trece ediciones, desde el 2005 hasta el 2008, el esfuerzo fue enorme y el beneficio económico mínimo. No tenía presupuesto para contratar un equipo que me apoyara. También tenía otras prioridades.

No hay mucha cultura de auspicio ni de lectura de este tipo de publicaciones en la ciudad de Huaraz. Además, yo lo hacía casi todo: decidir los contenidos, conseguir auspicios, cobrarlos, redactar artículos, traducirlos, diseñar, fotografiar… era agotador.

Era demasiado idealista pretender mantener una línea editorial independiente, que en el Perú es muy difícil. Pero las satisfacciones fueron enormes. En un futuro me encantaría lanzar una segunda época de la revista. Espero que este año podamos sacar al menos una edición sobre Chavín.


Prácticas de rescate y autorescate de guías y aspirantes a guía de alta montaña, en la quebrada Llaca de la Cordillera Blanca peruana.
Foto: Koky Castañeda


¿Cuál es tu relación con el andinismo?

Impartí un par de cursos de gestión en la Casa de Guías de Huaraz. Conozco de cerca a varios guías y andinistas locales. Incluso he escalado tanto con andinistas de Lima y Arequipa como con Guías de Alta Montaña. Subí a los nevados Urus y Maparaju por motivos cinematográficos. Al Ishinca y Chopicalqui, mi primer y único seis mil, subí por placer.

No me considero andinista, pero sí entiendo que comparto algunas cosas con la gente que escala. Me parece que es el amor por la naturaleza, la búsqueda de los grandes espacios abiertos y la admiración por los macizos de roca y hielo.


Cartel del documental Llupa
Imagen: Carlo Brescia


¿Cuáles son tus experiencias cinematográficas más destacadas en las cordilleras del norte del Perú?

Empecé a filmar en la montaña en el 2007. Para realizar un cortometraje sobre la gente del poblado de Llupa que trabaja como auxiliar de montaña, fuí con suficiente personal y equipo al nevado Vallunaraju; de 5686 metros. Grabamos a Oscar, porteador, y a su hermano Hilario, cocinero de alta montaña, en el pueblo, en el campamento de la morrena y en el glaciar. El cortometraje ganó ese mismo año el premio a la Mejor Producción Peruana en el III Inkafest.

El 2010 subimos al Maparaju (5326 m) para filmar una secuencia del documental Yaku Patsa/Mundo de agua. La secuencia contaba la perspectiva de un guía oficial de alta montaña, José Reyes Tueros, sobre lo que significaba llevar a clientes a los nevados y cómo afectaba a su trabajo el cambio climático o el retroceso glaciar.

El 2011 filmé otra vez en el Vallunaraju. Quería registrar el curso de seguridad y rescate en alta montaña. Fue una locura. Aquí trabajé también como cámara. Tenía dos guías como asistentes de producción, con los que iba de un frente de instrucción a otro en la quebrada de Llaca. Había estado antes un mes completo en Lima y fui a Huaraz para filmar el curso.

De la estación de autobuses subí a la quebrada, y al tercer día al Vallunaraju. Incluso tuve soroche a 5000 metros: estaba exhausto por las filmaciones sobre escalada en roca los días anteriores, me dio un dolor de cabeza terrible. Vomité sosteniendo la cámara. Pero, bueno, no siempre se tiene la oportunidad de filmar a 80 personas en alta montaña entrenándose para rescate en paredes. Quedé contento con las tomas.

También he filmado en otras quebradas de la Cordillera Blanca: en Ulta, Potaca, Quilcayhuanca, Purhuay, Alhuina y Carhuascancha.


Cartel del documental Yaku Patsa
Imagen: Carlo Brescia


¿Cuáles son tus inquietudes actuales?

Estoy trabajando el proyecto Peregrina, que combina muchos de mis intereses personales y profesionales. Es un video-danza, un género audiovisual, donde exploraré con otros compañeros, a través del cine y la danza, cómo se relacionan el cuerpo, la mente y el espíritu con los paisajes naturales y culturales. Es la puesta en escena de una peregrinación desde el complejo arqueológico El Brujo hasta el centro ceremonial de Chavín.

Quiero comunicar a través de las culturas ancestrales de los Andes un respeto hacia la naturaleza. Esto es algo muy necesario actualmente porque, si bien tenemos un desarrollo económico a base de la extracción de nuestros recursos naturales, la educación, la salud y la ética parece que retroceden y cada vez se respeta menos el patrimonio natural y cultural.

Es mi proyecto más ambicioso en todo sentido. Ahora está en su campaña de financiación y optamos por varias estrategias. Una de ellas es el crowdfunding o financiación colectiva a través de micro mecenazgos.


Prácticas de rescate y autorescate de guías y aspirantes a guía de alta montaña, en el glaciar del nevado Vallunaraju (5686 m) de la Cordillera Blanca peruana.
Foto: Koky Castañeda


¿Qué recomiendas para rodar en las cordilleras peruanas?

Todas mis recomendaciones tienen igual importancia. Primero, llevar uno o dos guías de montaña. Esto estará en función de la cantidad de participantes en el rodaje. Esos guías deben encargarse de la seguridad en todo momento.

Segundo, antes de subir a filmar hay que repasar con el guía o los guías el plan de rodaje día por día, secuencia por secuencia, para determinar cuánto es posible rodar en una mañana, en una tarde o en un día. Hay que considerar el clima también. No es igual filmar en temporada de lluvias que en temporada seca. En la seca no todos los días son despejados. Del plan de rodaje saldrán todos los requerimientos de seguridad: cantidad de cuerdas, cascos, arneses, piolets, linternas frontales, etc.

Hay que determinar cuántos porteadores serán necesarios para llevar todo el equipo técnico. Existen formas seguras de escalar y filmar que debemos tener en cuenta; ignorarlas sería negligente. Con falta de presupuesto para contratar guías, personal auxiliar y equipos es mejor no subir. Al alquilar material de montaña en una agencia es preciso ir con el guía para que lo revise.

Tercero, es aconsejable conocer la montaña en la que se rodará. Si se quiere filmar una escalada en el Alpamayo, hay tener en cuenta que algunas secuencias de detalles se pueden rodar en un nevado más seguro. Resultará más económico.

Cuarto, hay que seleccionar bien y preparar al equipo de filmación. Debe subir aclimatado y en buen estado físico. Subir montañas requiere estar en forma y haber descansado días antes. Se puede contratar personas que viven en el Callejón de Huailas, conocen las montañas y se dedican al audiovisual.

Quinto, hay que obtener derechos de filmación para filmar en un área natural protegida del Parque Nacional Huascarán de la Cordillera Blanca. Por esos derechos hay que pagar 350 Nuevos Soles, casi 100 euros o 140 dólares. También hay que considerar los posibles impactos al ecosistema que podría tener la filmación, minimizarlos y seguir todas las recomendaciones del Parque.


Ejemplares de Peripheria en *.pdf

Peripheria, nº 8, julio, 2007 (5,9 Mb) Peripheria, nº 9, septiembre, 2007 (5,7 Mb), Peripheria, nº 10, diciembre, 2007 (5,9 Mb), Peripheria, nº 11, junio, 2008 (22 Mb), Peripheria, nº 12, agosto, 2008 (24,4 Mb) Peripheria, nº 13, septiembre, 2008 (40,5 Mb)

Es posible que a partir de mediados de marzo dispongamos de versiones digitalizadas de estos ejemplares de la revista con mayor calidad.

jueves, 1 de marzo de 2012

Himalaya. Tibet. Nyaiqentanglha Oriental. Yi'ong Tsangpo. Glaciar Jiangpu. Exploraciones. Montañas vírgenes. Expedición Otoño 2011. Tamotsu Nakamura. Tsuyoshi Nagai. Tadao Shintani. Parte IV

Cara este del Song Ri Mai 6000 m.
Foto: Tamotsu Nakamura


Los glaciares de Nyaiqentanglha Oriental

Los glaciares de la cordillera Nyainqentanglha Oriental son de tipo oceánico. En cuanto a su número y área de superficie son más grandes que los de la Nyainqentanglha Occidental.

En la Occidental los glaciares sólo se han desarrollado en las inmediaciones de las cimas de las montañas, mientras en la región de alrededor de 200 km entre Lhari y Qingdou de la Nyainqentanglha Oriental se encuentra el 30% del área total de glaciares de las grandes cordilleras del este.

Principales glaciares de la región entre Lhari y Qingdou de la cordillera Nyainqentanglha Oriental.
Imagen: Tamotsu Nakamura


Los glaciares más grandes del este de Tíbet se encuentran al norte y en el noreste de la parte baja del Yi'ong Tsangpo. En 1989 la Academia de Ciencias de China llevó a cabo el primer estudio de campo e investigación. Desde entonces ningún extranjero ha puesto el pie sobre el glaciar.

De acuerdo con Introducción a los glaciares de China, escrito en chino y publicado en 1988 por el Instituto de Glaciología y Geología de Langzhou, de la Academia de Ciencias de China, en Nyainqentanglha hay 2905 glaciares con una superficie total de 5895 km². Esto corresponde a casi el 7% del área total de la sierra. Sumados a los 1638 km² del Garpo Kangri, el total de superficie de los glaciares se eleva a 7536 km². Así, la región ocupa el cuarto lugar entre las doce regiones glaciares de China.

Principales glaciares de la cordillera Nyainqentanglha Oriental.
Imagen: Tamotsu Nakamura


La superficie total es 1,7 veces mayor que la de los Alpes europeos. Muchos de ellos terminan en lagos glaciares pequeños o grandes. Recientes fotos satelitales muestran que los nuevos lagos glaciares ni siquiera están marcados todavía en los mapas topográficos rusos.

El Yi'ong Tsangpo es tributario importante del Yarlung Tsangpo —Brahmaputra en su parte superior— que se une a otro tributario, el Parlung Tsangpo, en Tangmai, al norte de la Gran Curva del Tsangpo, y fluye hacia la corriente principal del Yarlung Tsangpso. Cerca de aquí la cordillera Nyaiqentanglha Oriental recibe la corriente de aire húmedo que sopla por la garganta del Tsangpo desde la Bahía de Bengala.

Cara norte de picos ca. 5500 m-5800 m.
Foto: Tamotsu Nakamura


Esa corriente causa en las montañas fuertes lluvias que favorecen el desarrollo de los glaciares. En las zonas de los valles el promedio anual de precipitaciones es más o menos 1000 mm y en la zona de alta montaña alcanza de 2000 a 3000 mm. Por esto la mayoría los glaciares de la región Nyainqentanglha Oriental son en la actualidad los más desarrollados del Tíbet. Muchas terminaciones de glaciares bajan hacia zonas forestales.

Cara norte del pico ca. 5700 m.
Foto: Tamotsu Nakamura


Cara este del Song Ri Dui 6060 m.
Foto: Tamotsu Nakamura


Cara suroeste del Tiba Kangri 6846 m.
Foto: Tamotsu Nakamura


Gyala Peri 7294 m.
Foto: Tamotsu Nakamura


Cara oeste del Namcha Barwa 7782 m.
Foto: Tamotsu Nakamura

Himalaya. Tibet. Nyaiqentanglha Oriental. Yi'ong Tsangpo. Glaciar Jiangpu. Exploraciones. Montañas vírgenes. Expedición Otoño 2011. Tamotsu Nakamura. Tsuyoshi Nagai. Tadao Shintani. Parte III

Bosques de coníferas sobre la corriente del Yi'ong Tsanpo.
Foto: Tamotsu Nakamura


A través de la jungla tibetana

La corriente del Yi'ong Tsangpo no bajaba tan clara este año como en un año normal, debido a constantes lluvias fuertes. Sin embargo los primitivos bosques de coníferas estaban hermosos y las grandes quebradas impresionantes.

Frank Kingdon-Ward escribió en su libro de viaje de 1935, Assam Adventures (Londres, edc. 1942), que la garganta del río Yi'ong era más espectacular que la corriente del principal río Yarlung al que tributa. Aquél es un río caudaloso que corre terrible y espectacular a través de su garganta.

Uno de los objetivos de nuestra expedición, de otoño 2011, era trazar un camino olvidado de Bake a Niwu. En medio están las quebradas intransitables que demarcan el Yi'ong Tsangpo inferior y el superior.

Recorrido de Frank Kingdon-Ward en 1935. En el noreste de su mapa señala los picos Namcha Barwa (25445 pies), Sanglung (23108 pies) y Gyala Peri (23458 pies) al este de Lunang.
Imagen: Tamotsu Nakamura


A excepción de los pocos pobladores locales, sólo Kingdon-Ward había pasado por este camino en 1935. En la actualidad un monje de Bomi intentó ir de Bake a Niwu, este año 2011, pero renunció al reto porque era demasiado peligroso. No obstante todavía manteníamos nuestro gran interés por las gargantas formidables.

Para el segundo objetivo de explorar el glaciar Jiangpu, el 18 de octubre instalamos nuestra base en una de las 11 casas familiares de Kongpo en la aldea tibetana de Wopu. La carretera terminó aquí. La casa fue recientemente construida con subsidio del gobierno local. Desde esta aldea se estrecha el valle y empieza la extenuante selva tibetana.

Organizamos una caravana de ocho caballos (no mulas), ocho arrieros y porteadores, incluido una joven monja muy alegre, y dejamos el poblado de Wopu a las 10:00 horas del 20 de octubre.

Tamotsu Nakamura junto a la joven monja que se unió a la caravana en la aldea de Wopu.
Foto: Archivo de Tamotsu Nakamura


Entramos pronto en una selva, y llegamos a un monasterio deshabitado con dos casas tibetanas. El camino se convirtió repentinamente en roca, barroso, áspero, con altibajos, obstaculizado por enredaderas espinosas y árboles caídos.

Con pesados machetes tibetanos, los arrieros lucharon por abrir el camino, obstaculizado por árboles yacentes, para que los caballos pudieran pasar. Uno de los arrieros, pateado por el caballo, cayó por una pendiente empinada y resultó gravemente herido.

Arriero con machete tibetano.
Foto: Tamotsu Nakamura


El rastro se perdía a menudo entre pequeños vapores. Cabalgar era tan peligroso que tuvimos que caminar casi todo el camino. La caravana por la jungla resultaría más difícil que las ascensiones. Acampamos a 2940 m (Campo 1) en un potrero pequeño rodeado de espeso bosque.

Al día siguiente caminamos por un sendero incómodo hasta el Campo 2, a 3200 m. La caravana encontró más dificultades que la jornada anterior. El rastro desapareció de repente por encima del Campo 2, que estaba situado cerca de la cara este del Sang Ri Mai (ca. 6000 m) en el margen izquierdo del valle de Wopu.

El húmedo campamento estaba rodeado de árboles altos y densos, que impedían ver hacia el norte el Glaciar Jiangpu. Awang subió con algunos de los arrieros más allá de la selva para buscar un punto de observación adecuado sobre el glaciar. Encontraron un buen lugar a 3240 metros, que tenía una caída vertical cubierta de arbustos hacia la orilla del río, no lejos del término del glaciar.

Arrieros, porteadores y monja a 2940 m en el Campo 1.
Foto: Tamotsu Nakamura


La meteorología no nos favoreció. Desde el 15 de octubre no tuvimos días de buen tiempo. El clima en la parte inferior del Yi'ong Tsanpo es generalmente inestable, pero 2011 fue algo extraordinario con demasiados días nublados y lluviosos.

El 24 de octubre llegó el buen tiempo, por fin, pero sólo por un par de horas por la mañana. Corrimos hasta el mirador, jadeando por la selva sin huellas, y pudimos estar en el momento de tener una visión velada completa de la parte inferior del glaciar Jiangpu y del inspirador Jongpu Po Rong 6570 m en una mañana soleada.

La cara sur de los picos gemelos rocosos dominantes se disparó en la cabecera del glaciar. Los tres glaciares superiores se unen desde el noreste, el norte y el noroeste, a unos 4200 metros, y corren en dirección sureste para formar la parte inferior del glaciar.

Vertiente sur del Jongpu Po Rong 6570 m.
Foto: Tamotsu Nakamura


Dos terceras parte de los ocho kilómetros de largo del glaciar inferior es de del tipo cubierto de bloques rocosos y detritos. El glaciar Jiangpu, con 21 kilómetros de largo y una superficie de 132,7 km², es el segundo más largo y grande al lado del glaciar Qiaqing en Nyaiqentanglha Oriental.

Desde el mirador podíamos ver las caras orientales de dos desafiantes picos de 6000 m, el Sang Ri Dui 6060 m (norte), el Sang Ri Mai ca. 6000 m (sur), y otros entre 5700 y 5800 m que van hacia el norte.

Vertientes orientales del Song Ri Dui 6060 m (izquierda) y del Song Ri Mai ca. 6000 m.
Foto: Tamotsu Nakamura


Sigue en Parte IV: Los glaciares de Nyaiqentanglha Oriental