martes, 21 de diciembre de 2021

Feliz y próspero 2022


Año Nuevo

Que el nuevo año nos traiga salud, felicidad y suficientes posibilidades de vernos en la cordillera Blanca de los Andes peruanos.

viernes, 13 de agosto de 2021

Andes. Perú. Cordillera Blanca. Nevado Churup. Cara SO. Escalada de Zabłotny, Kraszewski y Cyran

Dominik Cyran al final del segundo largo de su escalada con Marcin Kraszewski y Krzysztof Zabłotny en la cara SO del Nevado Churup Oeste. Cordillera Blanca. Parte sur. Andes del Perú. Foto Krzysztof Zabłotny.


Nueva escalada en la cara SO del Churup Oeste

El pasado 7 de agosto, Krzysztof Zabłotny, Marcin Kraszewski y Dominik Cyran escalaron la cara SO del Nevado Churup (5495 m) por un itinerario, de roca, hielo y mixto, que nombraron «Polacos Banditos» (OS, M6+, TD+), con unos 500 m de recorrido desde la base a la cumbre.*

El trío polaco salió de Huaraz el día 6 de agosto hacia la laguna Churup, acampó a unos 4600 m junto a la laguna Churup alta o Churupita. Entre las 3:00 y 4:00 horas del día siguiente partieron los tres hacia la parte izquierda de la cara suroeste y alcanzaron la base de la pared rocosa. Sobre la 6:30 horas empezaron a escalar, al parecer cerca de la vía Porter-Keuhn-Swanson. Seis horas después alcanzaron la cumbre. Por «la ruta de descenso estándar», con nueve rápeles por el corredor rocoso de casi el centro de la cara SO, alcanzaron la base al cabo de tres horas y media.

Recorrido de Zabłotny, Kraszewski y Cyran en el Nevado Churup Oeste. Foto Marcin Kraszewski.


Consideran de interés comunicar que a casi una hora del campo base principal hay algunas plataformas (ca. 4900 m) para posibles vivaques y acceso al agua. Creen que esta vía es una buena alternativa para escalar el Churup. El primer largo (M6+, 25 m) es el más exigente, con drytooling bastante desafiante, principalmente en roca. Luego hay dos largos de 50 m que ofrecen una roca muy agradable y una escalada de nieve empinada (ambas M5+), que van un poco a la izquierda. Después de escalar a través de la barrera de roca, la vía sigue empinada nieve y roca hasta la arista.

Nota de edición
* Falta indagar en qué puntos podría coincidir esta nueva escalada polaca con la de Scott Porter, Gary Keuhn y Andrew Swanson, del 24 de julio de 1995.





Comunicación personal (c.p.) y agradecimiento
Dominik Cyran


De izquierda, arriba, a derecha, abajo. 1) Al principio del primer largo. 2) Al principio del segundo largo. Fotos Kraszewski. 3) En el primer largo. Foto Cyran. 4) La cordada en la cima. Foto Zabłotny. 5) Rápel. Foto Cyran.

miércoles, 11 de agosto de 2021

Picos de Europa. Asturias. Urriellu. Picu. Naranjo de Bulnes. Accidente de Ortiz y Berrio por un taco de madera

  «Pero en el invierno de   1969-70 tiene lugar en la   pared oeste del Naranjo   de Bulnes uno de los   sucesos más importantes   del alpinismo   contemporáneo. Berrio y   Ortiz son divisados   colgados a más de   cuatrocientos metros de   altura sobre la Vega de   Urriello, en la salida de la   vía oeste.»
  PÉREZ DE TUDELA, C. A.   SOS en el Naranjo de   Bulnes. Madrid: Ediciones   Controladas, 1973.







  Rápel en la Bermella del   Picu o Naranjo de Bulnes,   durante la apertura del   Pilar del Cantábrico.
  Foto Onofre García, 1978.


Vestigio de logro y tragedia en el Picu

Una mañana del verano de 1978, cuando subía con mi compañero de cordada, Onofre García, hacia la base de la extraplomada Bermella, cuyo color da nombre al Naranjo de Bulnes, vi las puntas de un par de antiguos tacos de madera emergidas de la nieve. Enseguida intuí a quiénes pertenecieron y de dónde habían caído ambos tacos, porque la historia reciente del nombrado localmente Picu o Urriellu era bien conocida en el minoritario ámbito escalador de aquellos tiempos.

Continué subiendo como si no hubiera visto esas viejas cuñas. Quise evitar que el recuerdo de una tragedia perturbara nuestra concentración en nuestro objetivo: abrir la vía más lógica o más factible entre las dificultades del vertical y redondeado perfil noroeste, considerado la última cara virgen, de aquel monolito calcáreo de unos 500 metros de desnivel.

Escalamos luego durante varias horas empapados por la niebla y el «urballu», que leves ráfagas de aire frío empujaban hacia nosotros. A media tarde rapelamos hasta la base de la pared. Poco después, cuando bajábamos corriendo, saltando y clavando nuestros talones entre las piedras de la pendiente, cogí dichos tacos. El hielo pegaba en ellos un trozo de cuerda, deteriorada por el impacto contra el suelo desde muy alto y por la intemperie.

Entonces rememoré una película tomada en 1961 y una posterior tragedia bastante divulgada por los medios de comunicación hacía nueve años. Eran tacos idénticos a los que aparecían en aquella película, de 8 mm, tomada por los escaladores maños Alberto Rabadá y Ernesto Navarro mientras abrían su famosa vía en la cara oeste.

El pedazo de cuerda quizá fuera parte de la que soportó la caída de Ramón Ortiz y Patxi Berrio, cuando quedaron colgados a un lado y otro de la punta rocosa del Pilar del Cantábrico. Estos dos escaladores donostiarras cayeron mientras escalaban, a principios de febrero de 1969, la vía de Rabadá y Navarro.

Los cordinos de la cabeza de estos tacos encontrados al pie del perfil noroeste del Urriellu, Picu o Naranjo de Bulnes, están ensartados en otro cordino que estaba junto a ellos y que fue usado para unirlos. Obsérvese los cortísimos cabos del nudo de los cordinos de los propios tacos. Foto Sevi Bohórquez.


La expeditiva recuperación de los cuerpos de Ortiz y Berrio

La causa de tal tragedia pudo ser que uno de los tacos, clavados en una fisura próxima a la cima, no aguantara el peso —ni por supuesto una posible caída— del cabeza de cuerda; quién sabe si era Ortiz o Berrio.

Un grupo de rescate escaló la cara sur del Picu el día 7 del mismo mes. Al día siguiente había en la cumbre catorce escaladores con la esperanza de «recuperar» a la cordada vasca. César Augusto Pérez de Tudela —descolgado primero desde la cima y asegurado más abajo por Pedro Udaondo— consideró necesario cortar las cuerdas que unían a los dos cuerpos inertes. Los dos cadáveres, precipitados al vacío, impactaron en la nieve acumulada en la pendiente de la base de la Bermella.

Frente a los mentados tacos volví a leer en casa el libro SOS en el Naranjo de Bulnes, del controvertido rescatador madrileño cuya «decisión extrema», casi olvidada hoy, fue tan criticada como aplaudida en aquellos días del pasado siglo.

La custodia de los tacos de madera

Recordar algo tan triste produce la sensación de introducir el dedo en la llaga. Aun así, como lo vinculado con los hechos forma parte de la historia, por más que duela, creo que tales tacos —que probablemente quedaran insertados en las cuerdas de Ortiz y Berrio cuando cayeron— merecen conservación en una institución relacionada con el Picu.

A un museo, en vez de a mí, corresponde la custodia de ese par de vestigios evocadores del valor, de la solidaridad y de las carencias en la escalada durante la adjetivada «España gris» que solía inundar de «color» los comentarios y el texto de sus noticias.

Véase además: Los doce días de angustia que vivió España con la vista puesta en el Naranjo de Bulnes. Se cumplen 50 años del heroico rescate de los montañeros José Luis Arrabal y Gervasio Lastra, atrapados en el pico Urriello

Conviene soslayar en este artículo sobre el rescate de Arrabal y Lastra:
1) «Francisco Berrio y Ramón Ortiz, muertos por congelación»
2) «Una intensa nevada obligó a Lastra y Arrabal a detenerse a unos cien metros de su meta y a refugiarse en un repecho.»
3) «De izquierda a derecha, los montañeros Salvador Rivas, César Pérez de Tudela y Carlos Oria»

viernes, 2 de julio de 2021

Reino Unido. Troll_Arnés de asiento. Orígenes. Relato de Paul Seddon y Tony Howard. Parte V

Troll Mark 5, el primer arnés que incluyó un bucle de seguridad (color azul) o anillo ventral. Foto Tony Howard.


Viene de Parte IV

Mientras tanto, en los últimos años, los usuarios de equipos de seguridad industrial se habían dado cuenta de que se podía lograr una buena protección con equipos mucho más ligeros que los disponibles en el mercado normal de protección de la seguridad industrial. Estos usuarios industriales comenzaron a adoptar equipos de escalada Troll.

Como resultado, a principios de la década de 1980, Troll también estaba produciendo arneses de seguridad industrial específicos, utilizando diseños basados en sus arneses de escalada. Con el tiempo, este mercado creció sustancialmente, tanto en el país como en el extranjero. Además, Troll participó activamente en los nuevos estándares de seguridad relevantes, siendo representado por Paul en la mayoría de los grupos de trabajo que cubren los estándares de protección personal contra caídas para los estándares británicos (BSI), los estándares europeos (CEN) y los estándares internacionales (ISO).

Foto anterior. Tony Howard escala con la cuerda atada en la cintura, a principios de la década de 1960.

Troll, miembro fundador de la Industrial Rope Access Trade Association, también estableció una sección de capacitación de gran éxito, no sólo para el ascenso por cuerdas, sino también para la mayoría de los otros aspectos de la protección personal contra caídas antes de que la empresa se vendiera con éxito en 1995. Esta venta permitió la jubilación anticipada de Alan, Paul y Tony, exactamente 30 años después de su creación tras la escalada en la Troll Wall por Tony con sus amigos.

Emociona pensar que todo empezó con el cinturón de Tony, hecho por el zapatero del pueblo para escalada libre y artificial en Derbyshire y los Dolomitas.

Después de que el cinturón fuera utilizado en 1965 por la cordada británica en la famosa pared de Noruega, se convirtió en el Troll Mark 2, lo que inspiró a Don Whillans a llamar a la puerta de Troll con su propia propuesta de arnés en 1969.

Don nunca se dio cuenta de lo que empezó cuando pidió un arnés lo suficientemente cómodo para ascender por cuerdas, escalar y rapelar en el Annapurna!

Imagen a la derecha. Primera escalada británica en la gran pared del Troll noruego. John Amatt cargado con clavijas de acero, un par de prussiks de Hiebeler y cuñas de madera (ensartadas con cordel de cáñamo) colgadas del precursor cinturón de cuero, que sería llamado Mk2, diseñado por Tony Howard. Foto Tony Howard, 1965.

Notas
Más información en los libros de Tony Howard sobre el desarrollo de equipos y toda una vida de escalada y exploración de montañas, incluidos las primeras escaladas simultáneas en Troll Wall de Noruega en 1965, que propiciaron el nombre de Troll Equipment, y el descubrimiento de Wadi Rum (Jordania) en 1984: Troll Wall y Quest into the Unknown



Comunicaciones personales y agradecimientos
Paul Seddon, Tony Howard, Adrian Garlick

Reino Unido. Troll_Arnés de asiento. Orígenes. Relato de Paul Seddon y Tony Howard. Parte IV

Di Taylor con arnés Mark 5 a principios de la década de 1980, en la vía Mousetrap. Gogarth. Costa norte de Gales. Foto Tony Howard.


Viene de Parte III

El 30 de diciembre de 1977, Troll Products se transformó en una sociedad limitada, cambió su nombre por Troll Safety Equipment Limited. Durante los siguientes años, la posición de mercado exportadora más grande de Troll compitió entre Alemania, Estados Unidos y Japón. Éste país se convirtió en el líder final. Francia también había sido un mercado importante hasta que, en un halago no deseado, la firma francesa Petzl copió el Whillans Harness para recuperar su mercado nacional.*

A estas alturas, «The Whillans» era el arnés de escalada más popular del mundo. Se estaba exportando el arnés y otros productos Troll a 17 países: Andorra, Australia, Austria, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Hong Kong, India, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Corea del Sur, Suecia, Suiza y EE. UU. Además del Arnés Whillans, había varios modelos de arneses de escalada fabricados por Troll, incluidos los de cuerpo entero de una y dos partes, arneses de cintura, arneses de pecho, etc.

Socios de Troll, de izquierda a derecha: Alan Waterhouse, Tony Howard y Paul Seddon.. Foto Tony Howard.


A principios de 1979 todavía no había nada que compitiera realmente con «The Whillans», al menos no en el Reino Unido, pero casi con certeza tampoco en ningún otro lugar, aunque Troll ahora también estaba haciendo el arnés de asiento Forrest para la venta en el Reino Unido, para Bill Forrest de la EE.UU. Éste era un cinto ancho, o «cinturón swami» atado a las perneras con cinta adhesiva, un poco de bricolaje, similar en algunos aspectos al viejo cinturón Mark 2 Troll y la combinación de un cabestrillo. Y eso fue todo. Obviamente, otros querían romper nuestro monopolio de arneses en el Reino Unido y había rumores bien fundados de que Pat Litllejohn estaba diseñando un arnés para Wild Country.

Esto inspiró a Tony, que ahora era el diseñador de Troll, a indagar si los Whillans podían mejorarse una vez más. Empezó jugando con el cinturón Troll Mark 2 original de los años 60 utilizado en la ascensión al Troll Wall de Noruega en 1965. Su objetivo era combinar lo que era un cinturón separado y un cabestrillo en un arnés de asiento de una pieza. No funcionaba. La posición sentada era incómoda, mientras que The Whillans —a pesar de los rumores en sentido contrario— era muy cómoda.

¿Por qué funcionaron los Whillans? Tony comprobaba el arnés con frecuencia (imagen a la derecha), se colgaba de él arnés en la viga de prueba del molino. La respuesta era obvia, funcionaba porque la correa de la entrepierna diseñada con Don para ascender al Annapurna fue ideada para recibir primero la tracción en los muslos, antes de tirar hacia arriba y alejarse del cuerpo para compartir la carga con el cinturón. Esto recibía luego una proporción más pequeña del peso, la mayor parte de la carga recaía alrededor de los muslos. El problema era, ¿cómo se podía emular sin copiar el diseño de la entrepierna del Whillans?

Sentado en el Whillans, suspendido de la viga, Tony también tuvo uno de esos momentos «Eureka»: un pequeño lazo haría exactamente lo que hacía la mitad superior de la correa de entrepierna del Whillans. ¡Todo lo que necesitaba era una forma diferente de perneras para acompañarlo! Los maquinistas de Troll, que realmente eran «magos del tejido», confeccionaron rápidamente la primera muestra. Entonces, después de que la revisaran Alan y Paul, se modificó un poco y funcionó: [fue en 1979 cuando] nació el Troll Mark 5, el primer arnés de asiento con «bucle de seguridad» [o anillo ventral] del mundo.

Consistía en un cinturón ancho con perneras, interconectados por el novedoso lazo de Tony, que se llamaba «lazo de seguridad». No se debe subestimar la importancia de esta invención.

Como medio para unir un cinturón a las perneras o incluso un cinturón a un arnés de pecho, el lazo de seguridad fue tan efectivo que desde entonces ha sido adoptado por casi todos los fabricantes de arnés de seguridad en todo el mundo.


Foto a la derecha. Tony escalando con un arnés Troll Mark 5 en Hanging Crack, Dovestones, en el Peak District inglés, 1979.

De hecho, en un año se copió la idea del bucle de seguridad. En dos o tres años, casi todas las empresas de escalada del mundo estaban haciendo una variación del tema. Ahora no hay casi nada más. El Mark 5 (Mk5) fue un sucesor natural (gradual) de los arneses Mk2 y Whillans. Resultó ser extremadamente popular, se vendió bien rápidamente, mantuvo el liderazgo de Troll en arneses de escalada. Era un arnés de asiento cómodo, versátil y originalmente de dos piezas, se podía unir fácilmente a un arnés de pecho para formar un arnés de cuerpo completo, si así se deseaba.

Usado de esta manera, se ajustaba al Estándar 105 de la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo, la UIAA. Con Paul en el comité, Troll tuvo una participación considerable en la redacción de este estándar. Además, el Mk5 era más cómodo y tan efectivo como el Whillans en todos los demás aspectos, p. ej. rappel, prusiking y reposo. Finalmente, fue reemplazado por el arnés de asiento Troll Mk6, que, con su diseño modificado de perneras, era aún más cómodo que el Mk5, tan versátil y tan popular tanto en el mercado doméstico como en el de exportación.

Continúa en Parte V

Notas
* «Ningún equipo de Troll fue patentado ni registrado. El mundo de entonces era más ingenuo y simple.» Tony Howard.

Reino Unido. Troll_Arnés de asiento. Orígenes. Relato de Paul Seddon y Tony Howard. Parte III

Viene de Parte II

El Whillans Harness salió a la venta a principios de 1971. Fue revolucionario porque era el primer arnés de asiento para escalada del mundo. La revista Mountain dijo: «Si quieres estar atado con cinta, esto es lo que necesitas». A pesar de esto los beneficios del arnés se reconocieron rápidamente y fue un éxito instantáneo. Con buena publicidad, las ventas crecieron rápidamente en el Reino Unido.

Alguien en la Oficina Central de Información del Gobierno (COI) se enteró del éxito y organizó una visita al taller principal de Troll, entonces situado en el destartalado y en mal estado Diggle Mill. Este molino estaba al final de un camino largo, accidentado y de tierra.

Foto anterior. John Smith con arnés Troll Whillans en la arista oeste del Salbitchshijen. Suiza. Foto Tony Howard, 1980.

La entrada a la oficina y la sección de ingeniería se ubicaban en el primer piso a través de un corto tramo de escaleras sin un escalón, la subida se «negociaba» en la penumbra. Llegó una dama bien vestida en un Bentley con chófer de uniforme resplandeciente. Aparentemente impresionada, ordenó que un fotógrafo viniera más tarde y tomara fotografías para una publicación de la COI, que se distribuyó en todo el mundo a través de las embajadas británicas. La publicidad resultante dio lugar al inicio de sustanciosas ventas en el extranjero. Un resultado inesperado fue el pedido extenso y repetido del arnés desde la India, para uso de las tropas defensoras de la frontera en Cachemira.

Imagen a la derecha. De arriba a abajo: Dos versiones del Troll Mk2, The Troll Whillans y The Troll Mk5. Foto Tony Howard.

En septiembre de 1971, Paul y Alan visitaron por primera vez la Exposición de Deportes y Jardinería (SPOGA) en Colonia, Alemania, viajaron y durmieron en la camioneta de Paul. Armados con una gama de productos Troll en una maleta, recorrieron la exposición en busca de clientes potenciales. Hubo cierto éxito, lo que dio lugar a pedidos de varios países europeos.

Se realizaron importantes contactos en los EE. UU. Troll ya tenía como cliente a un minorista grande y conocido en Seattle, estado de Washington. Después de un comienzo inestable para encontrar un distribuidor estadounidense, uno de ellos en quiebra, se estableció un distribuidor fiable en la costa este, en Burlington, Vermont y, unos años después, otro en la costa oeste, en San Francisco, California.

La exposición clave de artículos deportivos, como equipos de escalada, se trasladó de la SPOGA coloniense a la Internationale Fachmesse für Sportartikel und Sportmode (ISPO) en Munich. Aquí se estableció por primera vez una conexión con quien se convertiría en el distribuidor japonés de Troll.

Tony regresó de sus viajes en el otoño de 1972. A principios de 1974, Troll se mudó de su base en Greenfield y Diggle a Uppermill, a una antigua fábrica de lana llamada Spring Mill, idílicamente ubicada a la orilla del río Tame. Esta mudanza permitió aumentar la producción y desarrollar aún más la gama de productos. Estos incluyeron otros varios arneses, así como las primeras eslingas de cinta cosidas, en sustitución de las tradicionales eslingas anudadas.

Cinta cosida por la empresa Troll, entre 1978 y 1979. Foto Sevi Bohórquez.


Al igual que ocurrió con los arneses Whillans, algunos desconfiaron inicialmente de esos anillos de cinta cosidos, que pronto se convirtieron en la norma. La gama de fisureros de Troll también se expandió para incluir empotradores de cuña, hexagonales, con forma de «T» y, más tarde, con cable aparte de otro equipo técnico que eventualmente incluía una gama de ropa y sacos para exteriores, una tienda vivac para grandes paredes, además de equipo de espeleología, que resultó ser un gran éxito.

Continúa en Parte IV

jueves, 1 de julio de 2021

Reino Unido. Troll_Arnés de asiento. Orígenes. Relato de Paul Seddon y Tony Howard. Parte II

Viene de Parte I

«La idea de Don Whillans era un "pañal" de nailon para soportar el peso del escalador alrededor de los muslos y la cintura, formando un asiento para la escalada y el transporte de cargas en altura. Al principio no funcionó, pero hizo que Don, Alan y yo pensáramos. Luego, Paul Seddon, otro escalador local, se unió a nosotros, fusionando su pequeña empresa de equipos de escalada, Parba Products».
Tony Howard


Alan Waterhouse (izquierda) y Paul Seddon, a principios de la década de 1960. Foto Tony Howard.


El arnés Whillans

Después de un considerable ensayo y error surgió finalmente «The Whillans Harness», que resultó esencial para el éxito de la expedición. El admirable resultado fue, en efecto, un arnés de asiento con un punto de sujeción ubicado en una correa de entrepierna, que se conectaba a un cinturón integral con otras cintas que rodeaban los muslos. Cuando se cargaba la correa de la entrepierna (por el peso del escalador), también se cargaban las correas alrededor de los muslos, lo que permitía al escalador descansar con relativa comodidad.

El arnés funcionó bien para las tareas previstas. La expedición británica al Annapurna tuvo éxito y Don Whillans y Dougal Haston alcanzaron la cumbre el 27 de mayo de 1970, casualmente, el cumpleaños de Tony Howard. El arnés luego tuvo algunas modificaciones menores y se introdujo en el mercado al año siguiente. Estaba destinado a ser mundialmente famoso tanto para la escalada en roca como para el montañismo. Poco después, Tony se fue por un año al Yukón. Este resultó un viaje de dos años y medio, tiempo durante el cual Paul dirigió el negocio diario de Troll asistido por Alan.

Imagen anterior. Bill Tweedale con arnés Whillans en la primera ascensión de la Torre Angdan, Groenlandia, 1973. Foto Tony Howard.

Algún tiempo después de que los miembros de la expedición al Annapurna regresaran a casa, Paul recibió una carta de Tom Frost que decía que, aunque el arnés funcionaba bien, le decepcionaba que no fuera posible sujetar la cuerda de escalada en el cinturón del arnés. El punto de sujeción de la cuerda de escalada en la correa de la entrepierna era demasiado bajo para los propósitos normales de protección contra caídas, aunque estaba bien para el prusiking [ascender por cuerdas fijas] y el ráppel. ¿Podría Troll hacer algo al respecto?

Tom Frost era socio comercial de Chouinard Equipment con otro famoso escalador estadounidense, Yvon Chouinard. Esta era una oportunidad de oro. Paul respondió de inmediato y dijo que sí en ese momento, sin tener idea de cómo se podría lograr la solicitud de Tom. La comunicación era lenta: eran los días en que no había faxes, ni correos electrónicos, ni Internet; sólo correo postal y télex. Troll no tenía una máquina de télex, por lo que hubo largos intervalos entre los intercambios de información, ya que todo tenía que comunicarse por carta.

Chouinard Equipment se convirtiría años después en Black Diamond. A la derecha Ivon Chouinard fotografiado por Tom Frost. Fuentes de la imagen: catálogo Chouinard 1972 y Wikipedia


Lentamente, se desarrollaron ideas sobre cómo se podía cumplir con la solicitud aparentemente simple de Tom. Producir prototipos fue difícil, ya que Troll sólo tenía una maquinista de coser y ella vivía a buena media hora en auto, por lo que para arreglar los cinturones, Paul recurrió a una grapadora grande para los primeros prototipos y luego a los pernos y empotradores para pruebas preliminares. Las correas se tuvieron que reposicionar, se diseñaron e incluyeron los lazos de amarre en la cintura, se rediseñó la correa de la entrepierna y se determinó el rango de tamaño. Usaba estos prototipos en la oficina y el taller mientras se preguntaba por los diversos problemas que rodean cualquier proyecto de desarrollo. ¿Cómo atarse a la cintura pero durante una caída la carga recaiga principalmente en las correas de los muslos?

Es tan obvio ahora..., pero definitivamente no lo era en ese momento. La respuesta: enlazar la cuerda, ahora unida a los dos ojos de sujeción de las correas colocados en el cinturón, mediante un mosquetón en la correa de la entrepierna. Resultado: un arnés fácil de poner, sin restricciones durante la escalada, pero con tensión en los lugares correctos cuando fuera necesario. ¡Eureka!

Diseño final del arnés Whillans. En ambas fotos anteriores, el cinturón que sobresale del arnés debe pasar de nuevo por la hebilla hacia el centro; dejarlo así sería peligroso. Foto Sevi Bohórquez.


Siguieron pruebas reales y en vivo (con versiones debidamente cosidas), que implicó realizar muchas pruebas de salto, principalmente con árboles apropiados. Algunas de estas pruebas se llevaron a cabo en un cementerio cerca de la casa de Don Whillans, un lugar apto, tal vez, si las pruebas hubieran fallado. El arnés obtuvo la aprobación de Don y a Troll se le permitió usar su nombre. Tom Frost estaba contento con el diseño y Chouinard Equipment (con sede en California) realizó el primero de muchos pedidos.

Continúa en Parte III

domingo, 27 de junio de 2021

Reino Unido. Troll_Arnés de asiento. Orígenes. Relato de Paul Seddon y Tony Howard. Parte I

Paul Seddon y Tony Howard nos relatan en cinco partes el origen y la evolución del arnés en UK, desde cuando era normal amarrarse la cuerda a la cintura hasta la propuesta del arnés de Don Whillans y, luego, la idea innovadora del Troll Mark 5.

El diseño del cómodo arnés Mark 5, vigente sin apenas variaciones sustanciales, introdujo el «bucle de seguridad» (anillo ventral) que llevan hoy casi todos los arneses para escalada.





Foto a la derecha. Tony duerme en la cima del Troll, con su cinturón Mark 2 detrás, después del sexto día de escalada. Noruega, 1965. Foto archivo de Tony Howard.


Troll y los orígenes del arnés de asiento para escalada
Por Paul Seddon y Tony Howard

A principios de la década de 1960, los escaladores británicos simplemente se ataban la cuerda alrededor de la cintura, tal como lo habían hecho desde que comenzó la escalada cien años antes. Caerse no era divertido, podía aplastar costillas, incluso ser letal, ya que la cuerda apretaba el pecho.

A diferencia de hoy, la máxima del día era «el líder nunca cae». Además, por supuesto, al no tener un arnés, no había una buena forma de llevar el equipo —es decir, los «anillos de cordino» con los que se protegía el líder—, lo cual no era gran problema porque había poco equipo que llevar.

Foto anterior. Barry Taylor sin arnés en la vía Comici de la Cima Grande de Lavaredo, Dolomitas, Italia. Foto archivo de Tony Howard, 1963.

Hasta finales de la década de 1950, sin empotradores ni fisureros de levas en esos días, el líder llevaba simplemente algunos cordinos delgados para añillar (rodear) picos o bloques de piedra, o para pasarlos por guijarros empotrados en las grietas o atascarlos con nudos en las fisuras.

A medida que avanzaba la tecnología sobre las cintas de nailon y se ensartaban tuercas metálicas de distintos tamaños —desde unos pocos milímetros hasta cuatro o cinco centímetros—, con cordinos de diferentes grosores para empotrar en las grietas, la cantidad de equipo que llevaba el líder aumentó considerablemente. Y cuando los escaladores británicos empezaron a usar la escalada artificial, asistida con pitones y tornillos, en los acantilados de piedra caliza que sobresalen en Inglaterra y en los lejanos Dolomitas, llevar todo el equipo en eslingas (anillos de cinta) sobre los hombros era cada vez más engorroso e incómodo: se necesitaba un sistema mejor.

Foto anterior. Bill Tweedale durante la 1ª ascensión en la cara SE del Kongen, con cinturón Troll Mark 2 y cuñas (tacos de madera) diseñadas para una gran grieta en el techo. Romsdal, Noruega. Foto Tony Howard, 1967.

A dos escaladores del Peak District inglés se les ocurrió de forma independiente ideas similares para un cinturón ancho. Uno era Brian (Tanky) Stokes, un trabajador del cuero en Sheffield. El otro fue Tony Howard, que vivía en un pueblo de Yorkshire en la esquina noroeste de Peak District. La industria local se basaba en los textiles, con numerosas fábricas de lana. La energía para accionar los telares y otra maquinaria se transmitía en un eje mediante una resistente correa de cuero de unos 75 mm de ancho y cinco milímetros de grosor. A Tony le pareció que éste sería el material perfecto para hacer un cinturón: además de ser suficientemente ancho y firme para distribuir la carga sobre la cadera en caso de una caída, también permitiría colocar presillas para llevar el equipo alrededor de la cintura. Entonces, el equipo no sólo podría ubicarse o «colocarse» fácilmente, como se conoce hoy en día, sino que también sería mucho más cómodo llevarlo en la cintura y sostenerlo en las caderas en lugar de colgarlo alrededor del cuello y los hombros.

Con este diseño de Tony, un zapatero de la aldea local, Cyril Hesden, cosió lazos de cincha transversales al cinturón, a través de los cuales se podía pasar la cuerda de escalada antes de atarlo. Se incorporaron anillos en forma de «D» en la parte superior e inferior de cada bucle.

Imagen anterior. El primitivo arnés Mark 2 dibujado por Bruce Mills para la publicidad de la empresa Troll.

Los anillos D inferiores permitían colocar lazos de transporte de equipo, anudando un cordón en ellos. Los anillos superiores también estaban disponibles para sujetar equipo, como, por ejemplo, un martillo para clavar pitones.

El zapatero también hizo agujeros en el cinturón a través de los cuales se podía pasar una cinta estrecha, formando un cabestrillo alrededor de la cintura, al que se podía sujetar un mosquetón en la parte delantera. Este mosquetón no sólo simplificó la vinculación de la cuerda al cinturón, formaba el punto de sujeción con una «cola de vaca» o con un cabestrillo corto de longitud variable para engancharse en las clavijas (durante la escalada artificial), sino que, junto con los mosquetones en los anillos en D inferiores, también tenía en su lugar un cabestrillo en «forma de ocho» para rápeles de varios largos de cuerda y, lo que es igualmente importante, como ayuda para escalar grandes voladizos o extraplomos. Modificado de esta manera, se convirtió en el primer arnés de asiento, aunque el término aún no se había utilizado.

El arnés Mark 2 de 1965. Foto archivo de Tony Howard.


El cinturón se vendió originalmente en Brigham's en Manchester y luego en algunas otras tiendas. Pero después de que Tony y sus amigos lo usaran en la escalada del famoso Troll Wall en 1965, se comercializó con éxito como Troll Mark 2 Waist Belt y finalmente cambió a nailon acolchado en lugar de cuero.

Tony y su amigo escalador Alan Waterhouse formaron una nueva empresa en ese momento, que ya estaba fabricando una gama de empotradores de aluminio para sustituir las viejas tuercas que los escaladores enhebraban con cordinos.

Foto anterior. Tony Howard desciende tras el primer intento en Troll Wall, (1965), con clima atroz, cinturón de cuero Mk2 y dos Prussic Hiebeler que no funcionaron bien.

El sistema Troll Mk2 Waist Belt tuvo uso común durante cinco años, hasta que un día Don Whillans abrió la puerta del taller de Troll en Greenfield diciendo: «So this is where it all ‘appens», que podría traducirse: «Así que aquí es donde nació todo». Preguntó si Troll podría hacer un arnés especial para la próxima expedición británica Annapurna South Face de 1970.

Modelo final del arnés de asiento, años después de la propuesta del primer diseño de Don Whillans a Troll. Dibujo de Bruce Mills.


Además de Chris Bonington (líder) y Don Whillans, los otros miembros de la expedición también eran escaladores británicos muy conocidos, como Nick Estcourt, Ian Clough, Martin Boysen, Mike Thompson, Mick Burke, Dougal Haston y un escalador estadounidense, Tom Frost. Que esta expedición llevara equipo de Troll sería muy buena publicidad para la empresa, por lo que Tony decidió ayudar.

Continúa en Parte II

miércoles, 23 de junio de 2021

Escalada. Equipo. Ingenios obsolescentes. Industria. Fisureros. Hexcentric y anécdotas.

Fisureros estáticos y dinámicos o de levas. Foto Sevi Bohórquez.


«La “edad del hierro” había pasado [a mediados de la década de 1970]. Con la ayuda de equipos técnicamente avanzados, lo aparentemente imposible se había vuelto casi al alcance de todos y el código ético del escalador se estaba endureciendo». ukclimbing

Ingenios para escalar e industria obsolescentes
Sevi Bohórquez

Cuánto ingenio humano apreciaremos a poco que miremos los adminículos o artilugios que usamos para asegurarnos al escalar, desde los clavos, los nudos, las cuñas de madera o las tuercas para empotrar en las fisuras hasta los sofisticados fisureros de levas o friends. La sencillez de las formas de algunos de esos inventos sorprende, por ejemplo la del empotrador hexagonal.

«A principios de la década de 1960, la tuerca hexagonal de ingeniería estándar se había descubierto como una cuña [empotrador] artificial útil, y la progresión natural de esto llevó a la gama actual de fisureros. Alan Waterhouse y Paul Seddon, cada uno trabajando en sus propios diseños, fueron probablemente los primeros individuos en producir comercialmente una gama de fisureros [estáticos] para la venta a escaladores. Al mismo tiempo, Tony Howard participó en el diseño de uno de los primeros arneses de seguridad de Gran Bretaña, el Mark 1, que luego fue reemplazado por el Mark 2, y también en el inicio de una gama de cintas diseñadas específicamente para el escalador.» ukclimbing

El invento del empotrador hexagonal se suele atribuir a los escaladores y socios Yvon Chouinard y Tom Frost, a quienes luego el escalador sueco-noruego Tomas Carlstrom entregó en 1973 su diseño «policéntrico», conocido en USA como Hex o Hexcentrics, cuya patente solicitó Chouinard Equipment en 1974. Esto es síntesis de lo divulgado en Wikipedia, aunque el catálogo de Chouinard de 1972 ya mostraba en sus páginas el policéntrico.

Tal atribución del «invento del empotrador hexagonal», sin embargo, es desde cierto punto de vista incorrecta y procede aclararla. Paul Seddon, que empezó a producir empotradores con forma de cuña en 1965* y fabricaba fisureros con forma de T para la empresa Troll antes de unirse a ella en 1970, está seguro de que sus dos futuros socios (Alan Waterhouse y Tony Howard) comercializaban los empotradores exagonales probablemente antes de 1969. Howard recuerda que, antes de viajar al Yukón en 1969, Troll fabricaba esos hexágonos regulares (no los Hexentrics) a partir de barras alumínicas estándar o normalizadas y que Clog —la empresa de Gales fundada por Denny Moorehouse y Shirley Smith—, empezó a fabricarlos después. No obstante, véase el artículo Nuts' Story: 2001, a Nut Odyssey, de Stéphane Pennequin.


Aunque la patente del «Irregular, Polygonal Mountaineering Chock» fue concedida el 6 de abril de 1976 por la U.S. Patent, tan original empotrador se utilizaba entretanto en el ámbito escalador «primer mundista» y, al menos era conocido, al sur de los Pirineos. En mi caso, creo que fue antes de 1975 cuando compré un trozo de placa de nylon en una ferretería de la murciana calle Puerta de Orihuela para fabricarme varios fisureros con ambas formas, hexagonal y policéntrica, de distintos tamaños.

Fisureros estáticos de fabricación doméstica en nailon y madera de haya, entre 1972 y 1975. Foto Sevi Bohórquez.


En agosto del 76 conseguí en los Alpes mi primer Hexcentrics auténtico, un Chouinard nº 9 que alguien abandonó en una fisura de la cara norte del Dru. Con un brazo y un pie encajados en esta grieta tapizada de hielo transparente, tardé más de veinte minutos en recuperar el magnífico empotrador. Casi agotado por el esfuerzo, logré sacarlo con la ayuda del pico de una maza Super Cóndor de Simond.**

El origen de la idea de fabricar el fisurero hexágonal era conocido por quienes alguna vez empotramos tuercas en las fisuras para asegurarnos.
Véase, por ejemplo, Escalada en la pared izquierda del Cenotaph Corner, en Llanberis Pass, Norte de Gales.

Sobre esa idea, como en septiembre de 1995 todavía tenía mis dudas acerca de quién comercializó los primeros fisureros hexagonales, Tom Frost, mientras cenábamos en el hostal Andino de Huaraz, me comentó: «La forma del Hexcentrics la inspiró la típica tuerca que antes encajábamos en las fisuras, pero no me atrevo a asegurar quién comercializó el primer fisurero hexagonal».

Di Taylor (foto de arriba), en Clogwyn du Ardu (Cloggy), con arnés Mark 5 y fisurero Troll exagonal ensartado con cinta cosida. Foto Tony Howard, ca. 1979.***

Cuarenta y cinco años después de la patente del Hexcentrics, cuando parece imparable el equipamiento deportivo destructor del patrimonio de vías clásicas, me pregunto:

¿acabará postergado más de un siglo de ingenioso desarrollo de utensilios para escalar?

¿Cuánto durará la industria que fabrica esos utensilios?

¿Cómo influirá la desaparición de esta industria en la mentalidad de las nuevas generaciones escaladoras?

Anclaje químico junto a una fisura. Paisaje lunar. Cresta del Gallo. Murcia. España. Foto Sevi Bohórquez, 2010.



El fisurero de levas patentado por Lowe fue precursor del friend patentado por Jardine.

Notas
* Comunicación personal de Paul Seddon el 23 de junio de 2021: «Empecé a producir fisureros en 1965, en algún lugar tengo una factura antigua para probarlo. Para el primer lote utilicé una barra de aluminio comercialmente puro, muy suave, se ajustaba en la roca increíblemente bien pero, por supuesto, también se desgastaba muy rápido. La barra era de una pulgada por 0,75 pulgadas si no recuerdo mal. Stephane Pennequin [fundador del Nuts Museum] confirmaría el tamaño, ya que tiene uno del lote original.»
** Este martillo-piolet, que compré —además de unos pies de gato Super Graton— aquel año 1976 en Chamonix, lo regalé a Máximo Alvarado en Huaraz y ahora lo tiene su hijo Wilder. El empotrador hexcentric, que recuperé del Dru y aligeré luego taladrando sus caras, quizá lo conserve todavía el guía cuzqueño Marco Pérez. Aquellos Super Graton, desgastados por tantas escaladas y descensos, fueron el modelo de los primeros pies de gato Capitán de Boreal.
*** Más información en los libros de Tony Howard sobre el desarrollo de equipos y toda una vida de escalada y exploración de montañas, incluidos los primeros ascensos simultáneos del Troll Wall de Noruega en 1965, que dio el nombre a Troll Equipment, y el descubrimiento de Wadi Rum en 1984: Troll Wall y Quest into the Unknown