lunes, 18 de diciembre de 2017

Andes. Perú. Cordillera Blanca. Nevado Huandoy. Ascensiones desde Parón

Nevados Huandoy Norte y Oeste desde el campo base del Cerro Parón. Entre círculos: (257) ruta eslovena de 1987, (256) ruta norteamericana de 1971, (258) ruta norteamericana de 1954, (263) ruta USA-UK de 1985. Las líneas de puntos azules pretenden indicar el recorrido (imaginado, con varias posibilidades) suizo de 1959. La línea de puntos rojos indica el ascenso de Nathan Heald de 2017, aproximado porque esta foto es de 1988 y está tomada del libro Cordillera Blanca, Escaladas, Parte Norte. Murcia: Andes Info, [2004].

«El Huandoy mostró ser bastante difícil y peligroso. Se intentó en vano desde tres lados durante un mes antes de sucumbir.»
Philipp Borchers en Alpine Journal 1933-1934
Las primeras ascensiones al Huandoy desde la quebrada de Parón
Por Sevi Bohórquez

Del 12 al 14 de agosto de 1932 los alpinistas germanos Erwin Hein y Erwin Schneider ascendieron por la quebrada de Parón hasta una altura de 5900 metros bajo el collado de las cimas Oeste y Norte del Nevado Huandoy. Obligados a descender por las condiciones meteorológicas y la amenaza de aludes decidieron intentarlo por la vertiente opuesta.

Desde la quebrada de Llanganuco alcanzaron la cima principal un mes después. Por esta vertiente, la oriental, se alcanzaban hasta julio de 1955 las cuatro cimas más elevadas del Huandoy.

Cuatro años después se reanudaron las escaladas desde la quebrada de Parón.

Junto a la laguna de Parón acampó parte de la expedición helvética que alcanzó la cumbre del Huandoy Norte (6395 m), por donde lo intentó la cordada germana 27 años antes. Fue el 10 de julio de 1959 cuando los alpinistas suizos Ruedi Schatz y Ernest Reiss partieron desde su campo base (ca. 4150 m), ascendieron por el glaciar noroeste del Huandoy, escalaron la pendiente oestenoroeste hasta su collado con el Huandoy Oeste (6356 m), continuaron por la arista suroeste hasta la cima principal (Norte 6395 m) y descendieron por la misma ruta hasta el punto de partida. Sus compañeros Franz Anderrüthi y Eugen Steiger repitieron la ascensión al día siguiente.

La notable rapidez de estos dos ascensos y descensos, de ida y vuelta en tan sólo un día, fueron elogiados por el norteamericano Leigh N. Ortenburger cuando alcanzó la misma cumbre por una vía directa casi en el centro de la cara noroeste, doce años después, el 18 de julio de 1971, con Jocelyn (Jock) Glidden, Burton Janis, George Lowe y Mike Lowe.

De izquierda a derecha Leigh N. Ortenburger (1929-1991) cuando regresó a la Cordillera Blanca en 1977 con Roger Gocking, Jocelyn C. Glidden, Michael Warburton (sentados) y detrás los porteadores Eban y Fortunato Rosales. Foto cortesía de Jock C. Glidden



Las repeticiones de las rutas

La segunda ascensión de la vía suiza de 1959 pudo ser la de Geoff Creighton y David Nettle, del 25 al 27 de junio de 1980, convencidos de que ascendían por una nueva ruta, fue anotada como repetición en AAJ 1981 pp. 213-214:
«Mi primer objetivo con Geoff Creighton fue el Huandoy Norte por una nueva ruta* que asciende por el empinado y ancho frente de roca y hielo debajo del pico oeste [posible sic, pico Norte] y luego se desplaza hacia el oeste hasta el collado entre los picos norte y oeste. Desde el lago Parón ascendimos la morrena y el roto glaciar hasta el anfiteatro de la cabecera del glaciar y colocamos nuestra tienda a 18,500 pies. Al día siguiente, 26 de junio, disfrutamos de 13 largos de roca empinada y hielo que nos conducirían a la parte superior del plató, el paso clave empezó con un largo de hielo vertical en la rimaya. Una tormenta de la tarde nos impidió encontrar la ruta y pasamos una noche incómoda en una grieta a 20,000 pies. El 27 de junio, con meteorología brillante, alcanzamos la cumbre (20,980 pies, 6395 metros) sin mayores dificultades a media mañana. Nuestro descenso fue más directo y requirió cinco rápeles, uno de ellos volado en el glaciar superior debajo del collado. * Este puede haber sido el segundo ascenso de esta ruta ya que la descripción es similar a la que dieron los suizos R. Schatz y E. Reiss en 1959.»
No obstante lo dicho arriba, resulta precipitado atribuir a Creighton y Nettle la segunda ascensión de la ruta suiza sin conocer el recorrido real de Kerns y Hargis en 1979, impreciso en AAJ 1980 p. 577:
«Huandoy Norte, North Face. Matt Kerns, Tom Hargis, Hal Tompkins y yo [Donald Frederickson] partimos de la Quebrada Parón hacia la cara norte del Huandoy Norte. Tompkins tuvo fiebre alta en nuestro campamento a 19,000 pies. Su condición no mejoró después de un día de descanso, así que descendí con él, mientras que los otros dos terminaron el ascenso el 12 de julio.»
Una nota en esa misma página y en la anterior del célebre anuario alpino sí especifica, aunque sin fecha exacta —tal vez mediados de julio de 1979, más o menos—, que dos cordadas escalaron la ruta norteamericana de 1971:
«[…] Muchas rutas tenían rocas sueltas y peligrosas debido a la falta de nieve este año [… Andy] Tuthill, [Josh] Lieberman y yo [Steven J. Zajchowski] nos dirigimos a la ruta Ortenburger-Lowe en la cara noroeste del Huandoy Norte. Caí enfermo otra vez, pero los otros dos completaron la escalada. Fueron seguidos unos días después por [Tom] Schwarm, [Peter] Pradoni [Prandoni] y [el australiano] Jonathan [?]»; véase, pues, AAJ 1980 pp. 576-577.

De izquierda a derecha Huandoy Este, Norte, Oeste y P 5840. Foto Sevi Bohórquez 1988


Es posible que la primera escalada solitaria de la cara NW fuera la de Joan Quintana del 12 al 13 de agosto de 1984; véase AAJ 1985, p. 225:
«Huandoy, North Face, y Chacraraju, South Face, Solo. Después de la aclimatación y un intento en el [Nevado] Ocshapalca frustrado por el mal tiempo del 4 al 9 de agosto, el 12 de agosto dejé la Laguna Parón a 4000 metros a las dos p.m. A las 5:20 estaba en el lago debajo del Huandoy y al pie de la cara del Huandoy a 5450 metros a las 10:30. Al escalar toda la noche, hice el primer ascenso en solitario de la ruta francesa en la cara norte del Huandoy para alcanzar la cima (6355 metros, 20,850 pies) a las cinco a.m. el 13 de agosto. Regresé a Laguna Parón a la 1:30 p.m. Joan Quintana, Centre Excursionista de Catalunya»
Pese a los datos de la nota anterior, gracias a otras fuentes documentales —como Diffusión sport, nº 15 1985 o El Periódico, 23-09-1984—, localizadas por el Servei General d'Informació de Muntanya, podemos aclarar que Quintana escaló en realidad la vía norteamericana de 1971 de la cara NO del Huandoy Norte, descendió por la arista SO y luego con rápeles por la cara ONO hasta el glaciar. En cualquier caso, más relevante que estas aclaraciones es que, salvo prueba contraria, quizá sea la primera escalada solitaria desde Parón hasta la cumbre del Huandoy.

La vía norteamericana de 1971 fue escalada también por Scott Thorburn y Ronald (Ron) Matous, según un pie de página de la guía de Brad Johnson, Classic Climbs of the Cordillera Blanca, 2003, p. 81. Quizá esta última sea una de la muchas repeticiones de rutas no comunicadas a los medios especializados. También parece que la escaló Sean Ogle, como anotó Robbie William en AAJ 2001 p. 274:
«Sean soloed the Northwest Face of Huandoy via a brilliant variation, climbing on the rim of the exposed north face and the giant rock buttress below. The climb took over 42 hours from top to bottom. He climbed this route sans bivy gear, stove, etc., running out of water on hour 20 of his push up the mountain.»

Intento y escalada en la cara norte

En julio de 1983 fui con Jesús Gálvez a la cara norte del Huandoy para abrir una vía en el centro de su pared rocosa. No llegamos a escalar ni el 10% de la pared a causa de la continua caída de piedras, a menudo de grandes dimensiones. Una de ellas destrozó el muro de hielo de la rimaya donde empezamos a escalar, por suerte nos encontrábamos bajo un extraplomo más arriba. Nos costó bastante abandonar la idea de abrir la ruta, pero prevaleció la sensatez de mi compañero y rapelamos hacia el glaciar pensando en que cualquier intento de escalar semejante pared era una candidatura al suicidio. Sin embargo, estábamos equivocados.

Los eslovenos Danijel (Danilo) Tič, Marjan Frešer y Milan Romih fueron los primeros en escalar la cara N del Huandoy Norte, por el gran diedro de su lado izquierdo. Salieron del diedro casi a mitad de la pared, atravesaron a la izquieda y por la pendiente NE —con ascenso casi paralelo a la vía Naurois-Parmentier de 1974— alcanzaron la cumbre el 2 de julio de 1987. Vivaquearon dos veces en el diedro. Graduaron el ascenso con dificultad general ED. Acerca de esta vía resulta anecdótica cierta incongruencia —tal vez por saturación de datos durante la edición— en el American Alpine Journal (AAJ) de 1988, que publicó en su página 156 una nota del andinista peruano Walter Silverio: «Los eslovenos (yugoslavos) Marjan Frešer, Milan, Romih y Danilo Tič, escalaron una nueva ruta difícil en la cara norte de Huandoy Norte; asciende 1445 metros por el gran diedro a la izquierda de la gran pared de roca.» En la página siguiente, una foto de Romih muestra el Huandoy Norte con la línea de esta vía, pero el texto inserto indica: «Cara norte del Huascarán Norte, mostrando la ruta eslovena.» La página 157 también asocia la noticia de Romih al Huascarán en vez de al Huandoy:
«Huascarán Norte, Cara Norte. Danilo Tič, Marjan Frešer y yo hicimos por primera vez cuatro escaladas de aclimatación. Queríamos escalar la cara sur de Huascarán, pero la nieve y la lluvia alternas nos obligaron a cambiar nuestros planes. Comenzamos por una ruta sin escalar en la cara norte de Huascarán Norte el 29 de junio y llegamos a la parte empinada de la pared (dificultad UIAA V, 50° a 60° de hielo). La mayor amenaza fue la caída de rocas y la caída de hielo. Perdimos una cuerda. Al día siguiente escalamos cinco largos verticales sobre roca frágil cubierta de hielo (VI a VII-). Al tercer día alcanzamos la cresta de la izquierda de la cara. La ruta seguió un empinado corredor en cuya cima un serac proporcionaba un vivac (VI+, 55° a 70° en hielo). El clima empeoró por la tarde y nevó toda la noche. Llegamos a la cumbre a las diez de la mañana el 2 de julio entre nevada y niebla espesa. Empapados y tiritando de frío, hicimos un descenso complicado comenzando por la ruta normal, que afortunadamente Tič y yo habíamos escalado el año pasado. Finalmente volvimos al valle de Llanganuco al día siguiente. Milan Romih, Alpinistični Odsek Impel, Yugoslavia»
El anuario norteamericano corrigió lo anterior al año siguiente, con un elogio, en su página 167:
«Huandoy Norte Corrección. En AAJ, 1988 página 158 e ilustración 34, la escalada descrita se identificó incorrectamente como Huascarán Norte cuando en realidad es la cara norte (o noreste) del Huandoy Norte. Sin duda, este debe ser uno de los ascensos más importantes del año pasado en la región. Eric Hobdoy»

Posibles variantes de las rutas

El historial de Carmen Peña (1965-2012) indica: «Cumbre del Nevado Huandoy Norte de 6395 m. en Perú por nueva ruta Mexicana con 1200 m. de pared de hielo y roca. 1985.» Nathan Heald, norteamericano y guía residente en Perú, recibió de la expedición mexicana el croquis (imagen izquierda) y el ascenso parece recorrer parte del suizo de 1959.

Heald y el peruano Yjeguel Camasa viajaron el 17 de octubre de 2017 desde Huaraz hasta la quebrada Parón, subieron por la ladera noroeste a laguna Huandoy (ca. 4750 m), depositaron aquí una parte de su material y bajaron a la laguna de Parón (ca. 4150 m) para pernoctar. Al día siguiente volvieron a subir con el material restante, cargaron en sus mochilas el depositado junto a la laguna Huandoy la tarde anterior y continuaron en dirección noroeste por la morrena lateral izquierda de la laguna. Llegaron al campo morrena (ca. 5200m) cercano a la base del contrafuerte rocoso del lado izquierdo de la cara noroeste. Camasa sentía molestias porque le cayó una piedra días atrás mientras ascendía al Tocllaraju, así que decidió esperar a su compañero en este campamento. Este mismo día, a las 22:15 horas, Heald cruzó el glaciar hacia la derecha (dirección suroeste) por debajo del contrafuerte y de los seracs de la base de la cara noroeste. Llegó más allá del pie de la costilla rocosa que separa las caras noroeste y oestenoroeste. Una vez bajo la cara ONO cruzó la rimaya, escaló la pendiente de hielo (60°-70°) para cruzar por el lado izquierdo de la barrera de seracs situada debajo del collado entre los Huandoy Norte y Oeste. Superada esta barrera, Heald ascendió ligeramente en diagonal hacia la derecha. Los últimos 300m escaló por hielo cristalino duro hasta la arista suroeste, que alcanzó a unos 6100 m. Ascendió por esta arista (ruta Schatz-Reiss de 1959) con unos unos 50° de inclinación hasta la antecima. Continuó en dirección noreste (ruta Hein-Schneider de 1932) hasta la cumbre (6395m), que alcanzó a las 8:30 horas del 19 de octubre con cielo depejado, sin viento y temperatura baja. Este ascenso fue divulgado primero en la página de Heald en Facebook y luego en barrabes.com.

Condiciones glaciares del Huandoy durante la ascensión suiza, que en realidad fue por la cara ONO hacia el collado con la cima Oeste y continuó por la arista suroeste hasta la cumbre del Norte. Fuente Annales Groupe de Haute Montagne, 1959, p. 16


Heald calculó que ascendió 1200 m, con dificultad general TD (muy difícil) y anotó al pie de un corto vídeo de su ascensión en Youtube:

«In 1985 a Mexican team of 10 climbers climbed the only route on the NW face of Huandoy, over 3 weeks and with 1,200 meters of fixed rope. On October 19th, 2017 I did a variation to their route in 19 hours round trip from moraine camp.»


Foto cortesía de Nathan Heald

En el descenso, por la misma ruta, Heald utilizó veintidós abalakovs y abandonó tres estacas para nieve, llevaba una cuerda de 7,5 mm de 60 metros y tres tornillos para hielo. Tardó nueve horas en volver al campo morrena, llegó sobre las 17:00 horas.

Comunicaciones personales y agradecimientos (c.p.)
Servei General d'Informació de Muntanya (SGIM) de Sabadell, Jock Glidden, Danilo Tič, Erik Rieger (American Alpine Journal), Joan Quintana Paredes, Jordi Pons Sanjinés, Nathan Heald

Principales fuentes consultadas
American Alpine Journal, USA: American Alpine Club, 1941 y ss.
Annales. Paris: Groupe de Haute Montagne, 1959.
BORCHERS, P. In the Cordillera Blanca; the 1932 D. & Oe. A.-V. Expedition. Alpine Journal, 1933-1934.
GÓMEZ BOHÓRQUEZ, Antonio. Cordillera Blanca, escalada, Parte norte. Murcia: Andes Info, [2004].
RICKER, John F. Yurac Janka. A Guide to the Peruvian Andes, Part I. Cordilleras Blanca and Rosko. Banff: Canadian Alpine Club. New York : American Alpine Club, 1977.
SCHATZ, Ruedi. Anden-Expedition 1959 des Schweizer Alpen-Clubs. En Berge der Welt. Zürich: Schweizerische Stiftung für alpine Forschungen, vol. 13. 1960/61.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Documentación e información. Nuevas políticas de Andes Info

Nevado Shacsha (Shaqsha 5703 m) de la Cordillera Blanca de los Andes del Perú.
Foto Consuelo Amorós

La gestión de información es todo lo concerniente a obtener la información correcta, en la forma adecuada, para la persona indicada, al costo correcto, en el momento oportuno, en el lugar indicado para tomar la decisión precisa.
Traducción no literal extraída de WOODMAN, Lynda. Information Management in Large Organizations. En Information Management: From Strategies to Action. Editado por Blaise Cronin. London: Aslib, 1985.
Documentación y documentalistas

Varias facultades de Ciencias de la Documentación de universidades españolas coinciden al explicar que el «objetivo básico del Graduado de Información y Documentación es formar profesionales capaces de seleccionar, gestionar, organizar y preservar la documentación y la información para que pueda ser utilizada por terceros independientemente del lugar donde esté depositada o de su formato y soporte.»

El entorno académico considera así la Documentación, disciplina al servicio de otras (incluida la del Periodismo) y de quien necesite acceder a los documentos originales o bien a la información que contienen. Sin embargo, quien ignora la existencia de aquella graduación académica suele pensar que un/a documentalista es quien se dedica a producir documentales cinematográficos o videográficos. Algo similar a esto ocurre en la profesión restauradora, suele confundirse con la nombrada restauración en el ámbito hostelero.

Valga lo dicho como introducción para recordar que el valor de nuestro tiempo se multiplica cuando especialistas de la Documentación nos dedican parte del suyo de forma altruista.

«Valoro a mis amigos por la cantidad y la calidad del tiempo que me dedican.»
Confidencia de Fernando Marné Caballero en el campo I del Nun, Himalaya de Cachemira, 1979.
Tiempo y reciprocidad

En Andes Info tenemos más vocación documentalista que periodista, nos dedicamos al estudio de ascensiones en los Andes del Perú, pretendemos transformar en conocimiento para los demás los datos o la información que tenemos o recibimos. Siempre dedicamos tiempo y conocimiento con altruismo a quienes lo solicitaron, sólo pedimos a cambio una memoria breve de la actividad relacionada con la información que mandamos. Procuramos que nuestra «difusión» de tales memorias —previa revisión y adaptación al estilo de Andes Info— fuera beneficiosa para la reputación de quienes nos las enviaron y de utilidad para quienes las consultaran o consulten. Así que al difundir evitamos en lo posible el uso de adjetivos y el ameno «color» periodístico.

En alguna ocasión notamos cierta falta de reciprocidad. Nuestra dedicación a la comunidad andinista ha sido unas veces poco valorada, otras agradecida epistolarmente y rara vez públicamente. Parte de cuanto difundimos suele ser copiado, pegado y «divulgado» por otros medios «informativos», sin una mínima referencia a la fuente consultada; salvo en el caso de publicaciones serias cuando nos citan. Nunca socavó nuestro ánimo que algunos de los informes o revisiones que mandamos a personas e instituciones cayeran «en saco roto», aunque llegáramos a pensar luego que podríamos haber dedicado ese tiempo perdido a la familia, a las amistades, a escalar, a las conferencias que nos pidieron y no pudimos complacer o simplemente a pasear bajo los árboles.

Desde hace meses nos desborda la cantidad de peticiones de información que recibimos, requieren por lo general bastante indagación y un ímprobo esfuerzo de síntesis, lamentamos nuestra falta de tiempo para atenderlas. Todas estas razones aconsejan que Andes Info se centre a partir de ahora en la revisión y publicación de las crónicas o informes que reciba sobre nuevas rutas, ascensiones relevantes, artículos históricos o datos que merezcan difusión entre la comunidad andinista. Invitamos, pues, a la aventura de investigar por sí mismo/a acerca de vías desconocidas y posibilidades de abrir otras hasta las cimas que, como escribiera Joseph Poindexter, «atraen, inspiran y desafían».

Con nuestro agradecimiento por vuestra comprensión y colaboración, os deseamos salud, ánimo y tiempo para disfrutar en las montañas o con las indagaciones sobre ellas.

Sevi Bohórquez

viernes, 10 de noviembre de 2017

Andes. Perú. Cordillera Blanca. Nevado Hualcán. Cara N. Nueva vía de Monasterio y Berg

Cara N del Nevado Hualcán (6125 m) de la Cordillera Blanca. Berg en el primer largo del muro superior, el segundo día de escalada. Foto Aritza Monasterio


Los días 28 y 29 de julio de 2017 el guía vasco-peruano Aritza Monasterio y el canadiense Alik Berg abrieron la posible primera vía de la cara norte del Nevado Hualcán, era una de las últimas paredes vírgenes de la Cordillera Blanca de los Andes del Perú. Alcanzaron la cumbre (6125 m), la cima oriental. Nombraron su vía, «Nadie sabe nada», que tiene 1000 metros de desnivel y dificultad general ED1 M6 85° VI. Al descender por la cara sur completaron una «travesía integral con estilo andino íntegro».

Aritza Monasterio Bilbao, alpinista vasco, nacido en 1965, visitó la Cordillera Blanca en 1991. Desde 1993 reside en Huaraz (Perú), donde obtuvo el título de Guía Oficial de Montaña. A partir de entonces, además de guiar clientes hasta distintas cimas andinas, formar a las nuevas generaciones sudamericanas de guías, participar en rescates complicados o escalar solo la vía del glaciar de los Polacos de la cara oriental del Aconcagua, es conocida su profesionalidad y, sobre todo, su discreción aunque tenga en su historial nuevas rutas en montañas como el Alpamayo y en las caras más difíciles del Chacraraju, del Taulliraju, del Siulá Grande o del Trapecio. En la actualidad, cuando termina la temporada de andinismo en Perú, también guía en las montañas de Nueva Zelanda.


Entrevista a Aritza Monasterio sobre su vía en la cara oculta del Hualcán

En tu escueta nota por Facebook para tus amistades sobre vuestra nueva vía en el Hualcán usas el término «estilo andino íntegro», ¿qué lo diferencia del estilo alpino?
A mi modo de verlo y percibirlo hemos abierto esta vía con las características generales del estilo alpino, pero además prescindimos de personal de apoyo, arrieros, burros, porteadores, guardianes de campo y aparatos de comunicaciones como teléfonos satelitales o simples móviles para contacto externo, etc.

Interpretamos entonces que se trata de un estilo impecable desde el punto de vista ético del andinismo. ¿Cuándo y cómo descubriste la vertiente norte del Hualcán?
La vi por primera vez en el año 2006, cuando entré a la quebrada Cancaracá grande para intentar escalar la cara sur del Nevado Ulta.

Parece increíble que a estas alturas del siglo XXI esa cara del Hualcán permaneciera inescalada. ¿Podría considerarse uno de los últimos problemas de la Cordillera Blanca?
No sé si podría calificarse así, la escalamos pensando que era una pared virgen muy atractiva en una de las grandes montañas de los Andes peruanos.


Recorrido de Monasterio y Berg, orientado al NNE, en la cara N del Nevado Hualcán (cima Este 6125 m), sobre la cabecera de la quebrada Cancaracá grande. Los círculos de color azul marcan cada vivac. Foto y línea Aritza Monasterio



¿Qué te atrajo de la pared y te animó a escalarla?
Me atrajo lo remoto, lo aislado, lo escondido de esa vertiente alargada y las dimensiones de la montaña. Me atrajo más todavía cuando investigué sobre posibles escaladas anteriores en esa pared y no encontré ninguna. Esto fue lo que me animó a escalarla, lo tenía en mente desde el año 2007. Creo que a lo largo de mi vida siempre me ha motivado escalar montañas por vías nuevas, la aventura de adentrarme en terreno desconocido es para mí un desafío personal.

¿Por qué crees que nadie había abierto una vía en esa cara?
No tengo la certeza de que ninguna expedición hubiera intentado antes, o haya escalado, esa cara del Hualcán. Si no tiene rutas previas a la nuestra será debido a lo aislado y oculto que acabo de decir, además de los propios peligros objetivos de la pared y de que resulta complicado acceder a ella; a pesar de que no está demasiado lejos de la ciudad de Huaraz.

¿Cuándo decidiste escalarla?
Aunque decidí escalarla hacia el 2007-2008, fui por primera vez en 2009. La meteorología fue muy desfavorable, aquella vez no pasamos del campamento que instalamos en el glaciar. También estuve el año pasado, en 2016, con unos amigos eslovenos, no logramos encontrar paso en la zona alta del glaciar, estaba demasiado fracturada, caótica, era muy peligroso acceder a la pared.

¿Habías escalado antes con Alik Berg? ¿Es guía como tú? ¿Cómo le conociste?
No había escalado antes con él. Alik no es guía, aunque sí un maravilloso alpinista o andinista en toda su acepción y freelance de trabajos verticales en Canadá. Lo conocí por un amigo común neozelandés que le recomendó contactar conmigo y alojarse en nuestro Albergue Andinista.

Añadido el 7 de noviembre de 2018: véase el relato de Alik Berg en American Alpine Journal 2018.

¿Cuándo le propusiste abrir la vía del Hualcán?
Alik abrió a mediados de julio una vía en la cara este del Chacraraju Este con Quentin Lindfield Roberts, que regresó a Canadá. Así que, cuando terminé de guiar a un grupo de clientes, quedé con Alik para escalar algo. Le propuse uno de mis objetivos, la línea que consideré más segura y lógica de la vertiente norte del Hualcán, y partimos entonces hacia la montaña.

¿Presentó la logística alguna particularidad?
No realmente. Fue una salida ligera de dos personas durante seis días, con todo a la espalda desde el principio hasta el final. El día antes de partir compramos los billetes de autobús público, después organizamos el equipo y la comida en el patio trasero de mi casa.


Recorrido de Monasterio y Berg desde Carhuaz, línea de color rojo. Los puntos por la quebrada Cancaracá grande indican el ascenso aproximado hasta la cumbre (cima Este 6125 m) del Nevado Hualcán. Base cartográfica IGN del Perú.
Imagen Toño Rodríguez y Sevi Bohórquez



¿Cuál fue el trayecto desde Huaraz hasta el pie de la pared?
El primer día, 25 de julio, viajamos desde Huaraz en bus de línea regular, que pasó por Carhuaz, subió al pasaje de Ulta o Punta Olímpica y luego nos bajamos en la curva donde empieza la quebrada Cancaracá grande. El mismo día subimos por esta quebrada hasta acampar a unos 4200 metros en un costado de la morrena lateral norte.

¿Instalasteis un campamento base, vivaqueasteis sobre la marcha, dónde?
No instalamos campo base, sólo montamos la tienda para pasar la noche. El segundo día acampamos en el glaciar, a unos 5000 metros, cerca de la pared pero lo suficiente lejos para evitar que nos alcanzaran avalanchas y caídas de rocas. Dedicamos la tercera jornada a observar la cara norte y elegir la línea definitiva, orientada ligeramente al nornoroeste. Resultó ser la línea que tenía prevista desde hacía tiempo, la más lógica y menos peligrosa para escalar. El cuarto día escalamos hasta vivaquear en la pared a unos 5850-5900 metros, al pie del muro rocoso/mixto superior. El quinto día salimos de la pared, alcanzamos la cumbre, descendimos hasta cerca de los 6075 metros y vivaqueamos en el plató cimero. La sexta y última jornada completamos la travesía de la montaña: descendimos por la vertiente sur, bajamos a la laguna 513, llegamos a la población de Hualcán y regresamos a Huaraz.

¿Fue difícil esta vez llegar a la base de la cara?
Sí, fue un acceso complicado a través de un glaciar muy fracturado y caótico, con muchas grietas y seracs. Entiendo que la recesión acelerada de los glaciares en la Cordillera Blanca complica cada vez más el acceso a ciertas vertientes de los nevados.

¿Fue la escalada más difícil y arriesgada de lo previsto?
Creo que estaba dentro de lo que tenía en mente. Quizá la zona mixta superior fuera más difícil, expuesta y complicada de lo que aparentaba desde abajo.


Primer día de escalada, en la mitad inferior de la pared. Berg (izquierda) en los primeros corredores de hielo. Monasterio (centro) en los corredores y (derecha) en el penúltimo largo antes del vivac al pie del muro superior. Fotos Alik Berg y Aritza Monasterio



¿Fue la meteorología benigna?
En líneas generales sí. Los dos primeros días, hasta que llegamos al campo alto del glaciar, estuvo nublado y no podíamos ver la pared. Más allá de esto, el buen clima «nos acompañó» durante la escalada.

El vivac en la pared, ¿fue incómodo y frío como es habitual?
Vivaqueamos con una pequeña tienda de una sola capa. No fue un vivac muy cómodo, pero sí lo suficiente, ya que tuvimos que tallar una pequeña repisa en el hielo donde apenas cabía la tienda y permanecimos atados toda la noche. La temperatura descendió bastante, fue una noche despejada y estábamos a mucha altura.

Una parte de las últimas generaciones de aperturistas de vías desdeña las cimas andinas, suele utilizar un pretexto si no las alcanza o bien oculta este hecho con ambigüedades o eufemismos en sus crónicas. Cuando llegaste al fácil plató cimero que une las cimas del Hualcán, ¿por qué sentiste la necesidad de alcanzar la cumbre?
La cumbre «a como dé lugar» no es para mí lo mas importante, sino el estilo y filosofía empleados en una ascensión. «Más con menos» sintetiza mi forma de ver la montaña. Dicho esto, alcanzar la cima es culminar una ascensión, concluir una tarea que para mi no finaliza hasta que se desciende de la montaña.


Aritza Monasterio en la travesia mixta (hielo-roca) del muro superior de la cara norte del Nevado Hualcán, el segundo día de escalada. Foto Alik Berg



¿Cómo te sentiste al alcanzar la cumbre? ¿Qué te dijo tu compañero?
Estábamos muy cansados, pero emocionados interiormente después de tanto esfuerzo para alcanzarla. No recuerdo bien que me dijo Alik, creo que nos felicitamos mutuamente en inglés, well done, good work, `bien hecho, buen trabajo´, o algo similar, y nos abrazamos efusivamente. Ya prácticamente había oscurecido, teníamos que regresar pronto al plató somital entre las dos cimas del Hualcán para instalar el segundo vivac.

La ruta de descenso, ¿fue la prevista?
En principio tuve la idea de descender por la arista suroeste, pero al final pensé que podría ser menos complicado bajar por la vía normal del Hualcán, por la vertiente sur, como dije antes, era lo previsto, y así lo hicimos. Rapelamos una sola vez, para cruzar una rimaya. La ascensión por una cara y el descenso por otra forman la travesía integral.

¿Qué inspiró el nombre de la vía «Nadie sabe nada»?
Es una frase repetitiva en mi mente que suelo aplicar a muchas situaciones en la vida. Cuando Alik me preguntó qué nombre le daríamos a la vía, le propuse el de «Nadie sabe nada» y estuvo de acuerdo.


Berg en la travesia mixta, pasaje clave, del muro superior, el segundo día de escalada.
Foto Aritza Monasterio



¿Qué conclusiones o experiencias crees que conviene transmitir acerca de esta escalada?
Que cada actividad o ascensión es única como experiencia y aventura, no sólo desde el punto de vista andinista o técnico y del compromiso, sino al nivel personal y del crecimiento interior. Quizá esto suene algo grandilocuente o místico, pero es así como lo siento.

¿Qué aconsejarías a quien pretenda repetir la vía y qué material le convendría llevar?
Que vaya con buena motivación y como a cualquier montaña, con la mente siempre preparada para renunciar a la ascensión con humildad si las condiciones o la meteorología no son las adecuadas. Aconsejo llevar un juego de unos ocho tornillos para hielo, dos o tres estacas para nieve, un juego de friends, algún clavo para roca, cintas variadas y mosquetones para protecciones y anclajes, cuerdas dobles o gemelas, dos piolets técnicos, crampones y casco.


Monasterio asciende por el lomo somital del Nevado Hualcán hacia su cumbre (cima Este, 6125 m), al atardecer del segundo día de escalada. Foto Alik Berg



Al parecer casi «nadie sabe nada» acerca de esta nueva vía. ¿Has enviado alguna nota o informes a los medios especializados?
No, no he enviado nada, soló publiqué un álbum de fotos en mi muro de Facebook.

¿Cuáles son tus planes futuros?
Siempre tengo proyectos en mente, aunque prefiero reservármelos porque me cuesta tiempo y esfuerzo obtener esas informaciones. Hay que ser algo celoso en este sentido si uno mismo quiere... digamos llevarse el gato al agua y ser partícipe de una actividad de este tipo, pues no es fácil a veces encontrar compañeros de cordada adecuados. Cuando en la comunidad montañera hay cierto interés por posibles actividades relevantes, es mejor comunicarlas una vez que pasan de ser proyectos a realidad; a mi manera de ver y entender la montaña.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Andes. Perú. Cordilleras andinas. Cobertura glaciar. Libro de Walter Silverio

Las cordilleras nevadas del Perú
Por Walter SILVERIO

En el Perú, entre las latitudes sur 8° y 17° y casi 1400 km de distancia se extienden 20 cordilleras nevadas.

Este libro describe y cuantifica las ocho regiones naturales del Perú en función de la altitud. También sistematiza y detalla todas las cordilleras existentes en el país, así como la variación de la cobertura glaciar por macizo. Además, presenta tres inventarios de glaciares y evalúa el retroceso glaciar a nivel nacional y por macizos entre los tres inventarios.

El fenómeno del retroceso glaciar en los Andes peruanos, está ilustrado con observaciones de campo e imágenes satelitales sucesivas. El futuro de los glaciares en el Perú es incierto, si no se tiene en cuenta las recomendaciones vertidas. Se presenta una bibliografía completa. Y finalmente, en el anexo del libro, se presenta la manera cómo ha sido cartografiada cada cordillera o macizo materia del presente trabajo.

Nótese que es la primera vez que se realiza la cartografía del país a partir de informaciones homogéneas.

Las Cordilleras Nevadas del Perú
Autor: Walter Silverio, 2017, 60 p. color.
Editor: W. Silverio, Lima.
Lengua: Castellano (Español).
Precio: S/. 50.-(soles peruanos); o US $ 15.-(dólares americanos)
Contacto: Walter Silverio
c/o Import Medic Service
Jr. Chancay 646
Lima Cercado – Perú
E-mail: walter_silverio@hotmail.com

Véase además en este blog Cartografía satelital de la cobertura glaciar de las cordilleras nevadas del Perú

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Andes. Perú. Cordillera de Huayhuash. Nevado jirishanca. Cara este. Escalada de Madoz, Cararach y Toralles

Jirishanca (6126 m), cara E y espolón NE. Vía de Aymeric Clouet y Didier Jourdain, Tambo, churros y amigos (1100m, ED3/4, 7a A2 95° M4), abierta en septiembre de 2003. Repetición de Iker Madoz, Roger Cararach y Marc Toralles, línea azul.
Foto Koky Castañeda


Primera repetición de la vía Tambo, churros y amigos
Por Iker Madoz

Los Andes Peruanos son uno de esos lugares mágicos, en los que hacer montaña es más sencillo; por el simple hecho de su habitual climatología estable.

Roger Cararach, Marc Toralles y yo, Iker Madoz, nos juntamos en Huaraz, el epicentro andino, para comenzar con nuestra aventura: la cara este del Jirishanca (6094 metros). Ésta se encuentra en la Cordillera de Huayhuash, a ocho horas de taxi desde Huaraz y un día de aproximación desde Queropalca para alcanzar su campo base.

De todas formas, el inicio de la aventura no lo podemos fijar en ese 17 de julio, puesto que fueron los escaladores vascos Kepa Escribano y Unai Mendia los primeros encaprichados por esta pared y, concretamente, por la vía francesa «Tambo, churros y amigos». Transmitiéndonos hace ya cinco años la información y la ilusión por subirse a una de las montañas más bellas de Huayhuash.

Esta vez, por diversos motivos, de ocio o de trabajo, ya llevábamos varias semanas en cotas altas y los tres nos encontrábamos bien aclimatados para ir directos al objetivo. Así, tras un intenso día de preparativos en la capital alpina, de madrugada partimos hacia la cordillera salvaje. Íbamos tremendamente motivados, ya que llevábamos muchos días sin escalar y el pronóstico para las próximas jornadas era favorable; una semana de anticiclón. Esta estabilidad suele ser más común encontrarla en la Cordillera Blanca, pero no en Huayhuash, en la que es habitual que a las tardes se nuble y precipite.

Teníamos doce días hábiles para hacer todo lo posible hasta coger el avión de retorno a casa. Y los queríamos aprovechar al máximo.

De esta manera, al día siguiente de llegar al campo base, dividimos la carga en dos mochilas y un petate para poner rumbo a la base de la pared, a tres horas de marcha. Aquí, al contrario del día anterior, los burros dirigidos por su arriero ya no nos podían ayudar a llevar el peso. Queríamos escalar la vía abierta en el año 2003 por los alpinistas Didier Jourdain y Aymeric Clouet (ED+, 1200m, VI, 7a, A2, 95°), llamada «Tambo, churros y amigos».

No se trata de la vía más sencilla para ascender la cara rocosa del Jirishanca, ya que en su margen derecho se encuentra la vía italiana repleta de expansivos, menos comprometida por lo tanto y con grados más bajos. Pero no buscábamos únicamente coronar la cima. Nuestra principal fuente de motivación era intentar repetir la vía francesa, abierta sin el uso de expansivos, solo mediante seguros flotantes; lo cual añade gran valor ético por parte de sus aperturistas, al igual que compromiso, puesto que únicamente cuentas con las posibilidades existentes en el muro para poder asegurar.

Los dos primeros días fueron los más engorrosos, pero conseguimos alcanzar la tercera reunión. Las fisuras estaban repletas de tierra, barro y plantas, incapacitaban la escalada libre y tuvimos que limpiar para poder pasar mediante el artificial.

Por consiguiente, decidimos volver al base a por más comida, puesto que con la que llevábamos encima no nos salían las cuentas.

Tras un día de descanso en el campamento, madrugamos y con las primeras luces ya estábamos en el punto más alto al que habíamos llegado dos jornadas atrás. Por suerte tuvimos un pequeño tramo de tierra en el cuarto largo, después la actividad se aceleró y pudimos escalar en libre. Así, no sin cansarnos de tanto tirar del petate, alcanzamos el vivac de los italianos, a la altura de la décima reunión.

De izquierda a derecha. 1) Roger Cararach en el primer largo de la vía. Foto Iker Madoz 2) Marc Toralles sale del primer vivac. Foto Roger Cararach


El segundo día en pared también fue duro. Teníamos que escalar nueve largos, entre los cuales se encontraban algunos de los tramos más complejos de la vía. Lo bueno es que, para disfrutar más, los tres miembros de la cordada escalábamos todos los largos, nos negamos a remontar por la cuerda con el «jumar». En ciertas tiradas puede resultar una decisión menos rápida, pero, como ya he dicho, estábamos ahí para escalar. Hay que destacar también que desde las 6:20 de la mañana hasta alrededor de las 12:00 teníamos la suerte de escalar al sol, después éste se escondía tras la arista y por las tardes no nos quedaba más remedio que escalar a temperaturas cercanas a los 0°; así volvieron nuestras manos de estropeadas.

El tercer día consecutivo en pared conseguimos finalizar la vía francesa y alcanzamos la arista noreste, por la cual ascendieron por primera vez esta montaña. Tras pasar el primer techo de hielo encontramos una rampa de nieve en la que poder plantar la tienda. Así, Roger se quedó picando para confeccionar una buena repisa mientras Marc y yo fuimos a escalar el siguiente techo de hielo para dejarlo fijado y poder pasar ligeros el día siguiente, ya camino hacia la cima.

Pero parecía ser que el anticiclón llegaba a su fin. Por la mañana nos levantamos metidos en una nube y con fuertes vientos. Gracias al teléfono satélite conseguimos ponernos en contacto con la administradora del hotel La Casa de Zarela, de Huaraz, que nos mandó el parte. En éste se reflejaban días inestables de mucho viento. Con estas previsiones no vimos prudente estar en una arista a unos 5900 metros y tomamos la decisión de recoger todo y salir de allí. Tras muchos rápeles a lo largo de la cara este llegamos a pie de vía y pocas horas después, aún con luz, a nuestra tienda del campo base. Sin cima, pero contentos por haber llegado hasta ese punto y haber repetido una vía abierta con gran estilo.

Volvimos a Huaraz y después de pasar unos días con los amigos, celebrando nuestra aventura, descansando y comiendo, llegó la hora de volver a casa. Roger y yo al menos tuvimos la suerte de poder llegar y estar unos días tranquilos; al contrario de Marc, quién tal como llegaba a casa tenía que coger el coche e ir a Chamonix para trabajar del oficio de guía.

Otras publicaciones sobre esta escalada: Desnivel, Carpanta, FEEC en catalán, Gara en euskera. Véase además la escalada de Wohlleben, Bergau y Jähn en la cara NE del Jirishanca.

De arriba a abajo e izquierda a derecha. 1) Marc Toralles en el largo 20. Foto Iker Madoz 2) Marc Toralles escala e Iker Madoz asegura bajo el techo de hielo del largo 22. Foto Iker Madoz 3) Iker Madoz en el largo 15. Foto Marc Toralles 4) Cararach, Madoz y Toralles a pie de pared tras descender de la vía. Foto Roger Cararach

martes, 24 de octubre de 2017

Andes. Perú. Cordillera Blanca. Chacraraju Este. Nueva vía de Berg y Roberts

Vía de Berg y Roberts en la cara E del Chacraraju Este.
Foto y trazo Quentin Lindfield Roberts


Nueva vía hasta la cima Huaripampa del Chacraraju

Del 14 al 15 de julio de 2017 los canadienses Alik Berg y Quentin Lindfield Roberts abrieron en la cara E del Chacraraju Este (6001 m), con estilo alpino, una vía de dificultad (M6, 5.10/6a, 90°) que han nombrado The devil’s reach around, la cuarta* que alcanza la cima por esa cara y por primera vez con escalada libre.

Berg y Roberts habían escalado primero el Quitaraju (6036 m o 6040 m) y el Alpamayo (5947 m), como aclimatación, luego regresaron a Huaraz y descansaron dos días. Después fueron al Chacraraju Este (6001 m), conocido también como Nevado de Huaripampa porque está sobre la aldea y la quebrada con este mismo nombre. Alcanzaron la cima Este del Chacraraju por la parte más directa y próxima al centro de la cara oriental. Esta nueva vía cruza la vía francesa de 1963 y la eslovena de 1999 en la vira (franja inclinada) previa al último muro rocoso.

Véase más detalles sobre esta nueva ascensión en alpineinsight.com, alpinist.com, rockandice.com, up-climbing.com, desnivel.com

Notas
* El intento de Kozjek y Kresal de 1993 terminó a unos 250 m de la cima.

Fuentes consultadas
Archivo de impresos y manuscritos de Andes Info
Cordillera Blanca, Escaladas... pp. 202-203.

Comunicaciones personales (c.p.) y agradecimientos
Alik Berg, Aritza Monasterio


Chacraraju Este. Cara E. De izquierda a derecha y de arriba a abajo. Roberts bajo el muro rocoso principal, el primer día de escalada. Roberts en el largo clave del muro rocoso principal. Roberts en la travesía clave, a través del segundo muro rocoso. Berg en el corredor/canal de hielo (goulotte) de salida. Fotos Roberts y Berg

lunes, 21 de agosto de 2017

Andes. Perú. Cordillera Blanca. Equipo Femenino de Alpinismo de la FEDME, actividad de 2017

Recorrido de Simón, Crave y Baró en la cara sur del Pucarashta Central sobre la quebrada Santa Cruz. Cordillera Blanca. Foto Simón, Crave, Baró


Equipo Femenino de Alpinismo de la FEDME en la Cordillera Blanca de los Andes del Perú

La expedición del Equipo Femenino de Alpinismo (EFA) de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) a la Cordillera Blanca peruana duró del 5 junio al 12 de julio de 2017, publicó canalfedme al cabo de cinco días. Ruth Craven, Vicky Vega, Diana Calabuig, Esther Simón y Fátima Gil componían este equipo dirigido por Marc Subirana, acompañado por el guía Oriol Baró y el médico Augusto Covaro.

El grupo, que salió de Barcelona hacia Madrid, viajó en avión hasta Lima (capital del Perú) y luego 400 km al norte en autobús hasta Huaraz (3090 m), ciudad que sería el punto de partida hacia las montañas desde el 6 de junio. La expedición caminó para aclimatarse hasta las lagunas Willkacocha (Willcacocha 3800 m), Churup (4500 m) y Churupita (4600 m) y ascendió al Nevado Mateo, de unos 5150 m.

Para completar la aclimatación, el grupo viajó de Huaraz a Cashapampa (ca. 2900 m), subió por la quebrada Santa Cruz hasta Punta Unión (4750 m), pernoctó en este alto paso, bajó por el mismo camino al valle y subió desde la pampa de Quisuar hasta los 4350 m del campo base del Alpamayo. El grupo porteó después material hasta el campo morrena (ca. 5100 m), descansó un día y por seguridad programó la escalada de la «vía Ferrari» (400 m 70°) de la cara suroeste del Alpamayo (5947 m) en tres días consecutivos (15, 16 y 17 de junio) por tres cordadas distintas. Las tres cordadas bajaron con rápeles, a veces desde abalakovs, por la misma vía. La cordada que escaló el Alpamayo el día 15 alcanzó, al día siguiente, la arista cimera del Quitaraju (6036 m) y decidió descender debido a las malas condiciones de la nieve. Canalfedme relató así lo que aconteció después:
«La parte del grupo con más fuerza física se centró en la apertura de una vía en la cara sur del Pucarashta (5.450 m) 600 m MD+ sobre un terreno mixto exigente, que demandó concentración, acierto y fuerza durante todo el día 18 junio. Después del desgaste de todos estos días el grupo deshizo la aproximación hacia Cashapampa y con furgoneta llegaron de nuevo a la capital Huaraz. Allí el grupo realizó durante unas jornadas un merecido descanso activo, escalando en roca cerca de Huaraz, tanto en zonas de escalada deportiva como de varios largos de cuerda. El grupo se mantuvo activo, saludable y motivado en todo momento y pudo regenerar el desgaste de la altura.»

El itinerario de Ester Simón, Ruth Craven y Oriol Baró en la cara sur del Pucarashta (cima central, ca. 5450 m) —nevado situado al NE del Alpamayo y al SO del Pucahirca Oeste— parece coincidir en algún tramo, en mitad de la pared, con la vía que abrieron Phil Moorey, Mick Davie y Steve Di Ponio con un vivac el 16 de junio de 1991.*

En las quebradas Parón e Ishinca

El 22 junio el equipo de la FEDME se dividió en dos grupos. Una cordada de tres fue a la quebrada Parón, escaló la cara SO de la Pirámide Garcilaso combinando dos vías centrales: empezó por la izquierda, terminó por el centro y así evitó los peligros potenciales de un serac. El trío descendió por el mismo recorrido, con 14 rápeles, usando abalakovs y estacas de nieve. El otro grupo fue a la quebrada Ishinca, ascendió al Nevado Ishinca (5530 m) y también escaló la cara oeste del Tocllaraju (6032 m) por la vía italiana (700 m D+) de 1980.

Añade canalfedme que el «28 junio el grupo partió hacia el Chopicalqui (6.354 m) por la arista SO, pero las condiciones del tiempo y la prudencia aconsejaron no llegar a la cumbre. Después de escalar unos días en roca granítica de primera calidad en [Hatun] Machai y recuperarse de los esfuerzos, el grupo decidió ir a La Esfinge (5.325 m), escalada magnífica sobre roca granítica de gran calidad situada en la Laguna Parón, allí y en 2 grupos distintos [el 6 de julio] se escaló la vía del 85 (750 m 6b/A1) que cerró las actividades más destacadas de la Expedición Femenina. Antes de regresar a España el grupo se relajó de nuevo activamente, escalando en roca en [Hatun] Machai y celebró el día 11 julio en Huaraz una cena de clausura de la Expedición.»

Notas * El trazo de esta vía publicado en 1995 en la guía de David M. Sharman es poco preciso, resulta difícil determinar con exactitud los pasajes comunes del recorrido de 2017. El autor escocés nombró la cima Pucarashta Central, para distinguirla de sus dos cimas adyacentes (Oeste y Este), y le otorgó 5650 m. Cuatro días después Moorey cayó cuando rapelaba (AAJ 1992) en la cara sur del Pucarashta Este (ca. 5500 m) y murió al otro día mientras lo evacuaban.

Comunicaciones personales (c.p.) y agradecimientos:
Oriol Baró

Fuentes consultadas
www.fedme.es
American Alpine Journal, en particular 1992, p. 152.
SHARMAN, David M. Climbs of the Cordillera Blanca of Peru. Scotland: Whizzo Climbs, 1995.

lunes, 26 de junio de 2017

07.Andes. Perú. Cuzco. Cordillera Urubamba. Macizo del Huacrahuilki

Lionel Terray (imagen izquierda) fotografió a sus compañeros Kees Egeler y Tom de Booy (imagen derecha) en la cumbre del Nevado Huantsán (6395 m), el 7 de julio de 1952. Cuatro años después viajarían a las cordilleras del sur del Perú. Foto Archivo Andes Info.


Exploraciones y ascensiones en el Huacrahuilki o Verónica
Viene de Parte 6

El 5 de mayo de 1952 Cornelius (Kees) Geoffrey Egeler y Tom de Booy ascendieron en la Cordillera Blanca al nevado que bautizaron Queshque (5463 m)22 mientras esperaban a su compañero, Lionel Terray, con quien escalarían el nevado Pongos Sur I (5711 m), el 10 de junio, y el Huantsán (6395 m) el 7 de julio. Los dos geólogos y el guía quedaron fascinados por el Perú, decidieron regresar al «país de los incas» cuatro años después y alcanzaron tres cumbres. El ascenso más notorio del trío, con Eliseo Vargas y Raymond Jenny, esa memorable temporada fue el del «Nevado Verónica», al que Terray dedica escasas letras en su libro, Los conquistadores de lo inútil.23 Su breve relato apenas se complementa con la escueta nota previa publicada en el AAJ de 1957:
Verónica, Soray, Salcantay. En mayo y junio de 1956, el guía francés Lionel Terray, los geólogos holandeses C. Egeler y Tom de Booy, y el suizo Raymond Jenny, consiguieron tres asombrosas ascensiones al oeste de Cusco. Desde el campamento a 15.400 pies [ca 4695 m] en las vertientes septentrionales de Verónica, 18.832 pies [ca 5740 m], reconocieron [la zona] durante varios días antes de encontrar un couloir de nieve que les dio acceso a la arista noreste. Utilizando cuerdas fijas, el 13 de mayo escalaron unos 1.000 pies [ca 300 m] para acampar en una pequeña plataforma de nieve justo debajo de la arista cimera. El porteador peruano, Eliseo Vargas, que los acompañó durante toda la escalada, llevó alrededor de noventa libras [40 kg] en este difícil ascenso. El día siguiente lo pasaron reconociendo y fijando cuerdas. El 15 de mayo todos partieron a las 9:30 horas hacia la cumbre. Hubo grandes dificultades técnicas, incluyendo un rappel de 200 pies [60 m] durante el ascenso.24

Egeler fue algo más explícito en la revista holandesa De Berggids, de su artículo merece la pena extraer que partieron el 7 de mayo de 1956 desde un campo base en Piri, en el valle que conduce al flanco norte de la montaña. Al día siguiente equiparon un campamento a 4080 m. El mal tiempo de los primeros días les impedía explorar la posible ruta. En poco tiempo, por un corredor empinado lleno de nieve a la izquierda del gran glaciar que entonces terminaba en aquel valle, pudieron ganar unos cientos de metros seguido de rocas, que en circunstancias normales presentarían alguna dificultad, pero cubiertas de nieve nueva requerían escalar con precaución. A continuación, una pendiente de nieve empinada los llevó a una cresta de nieve y rocalla. Durante «dos días de nieve y granizo» transportaron «suministros y equipo a lo largo del couloir» para dejarlos «temporalmente al pie de los acantilados.» El día 12 mejoró algo el tiempo. Eliseo Vargas y Marcelino Morales portearon la carga entre las rocas cubiertas de nieve hasta cerca de 4900 m, justo debajo de dicha pendiente de nieve. No fue fácil. Tuvieron que fijar cuerdas en pasajes muy empinados para que los porteadores pudieran subir sus pesadas cargas. A última hora de la tarde descendieron al campo base. Al otro día subieron de nuevo, «en un esfuerzo serio para instalar un campo de ataque en algún lugar en lo alto de la cresta, o tal vez incluso la parte superior del glaciar.» De los porteadores sólo Eliseo estaba cualificado para este ascenso final por la cresta, con flancos empinados y cornisas débiles. A las tres de la tarde era evidente que no sería posible terminar de cruzar la cresta y alcanzar el glaciar antes del oscurecer. Terray decidió abandonar la arista y con un rápel de 60 m alcanzó un pequeño glaciar colgante donde acamparon, a unos 5000 m, a las cinco de la tarde...

A las seis de la mañana del 15 de mayo había nubes tenues en los valles, pero el cielo era claro. Terray y Jenny fueron en cabeza, seguidos de Egeler, Eliseo y De Booy. El ascenso no era difícil, pero la pendiente se empinaba cada vez más. Con un desplazamiento por el glaciar alcanzaron la arista ONO, que siguieron tanto como fue posible por su excelente nieve. A las 10:30 llegaron a un terreno horizontal ideal para descansar y comer, de buen humor, convencidos de que la victoria estaba cerca. No era así. Una brecha con una pendiente empinada de nieve profunda entorpeció el avance. «Aquí demostró Terray su dominio», atravesó casi horizontalmente la pendiente de la brecha apisonando con su piolet la parte superior del talud, pero en la maniobra perdieron más de una hora. Ascendieron luego por hielo empinado, que requería bastante técnica, y «a veces dolorosamente, por nieve blanda profunda.» La niebla dificultaba ver el camino hacia la cima. Cerca de las tres de la tarde «acelera la niebla». Una pared final de hielo, unos metros laboriosos y alcanzaron «la parte final del Verónica»:
«Nuestros altímetros dan, respectivamente, 5750 y 5740 metros, mucho menos de los 6000 metros que a menudo se atribuyen a esta montaña. Lo único importante es que hemos llegado a nuestro primer objetivo [...], el objeto más codiciado de toda la Cordillera sur del Perú.» 25


La Scottish Andean Expedition de 1964. Desde la izquierda: Robin Brooks, Jock Anderson, Robin Chalmers (sentado), Norman Tennet (de pie), Betty Stark, Donald Bennet (sentado), Malcolm Slesser (de pie), Evelyn McNicol y Ken Bryan. Fuente SLESSER, Malcolm. The Andes are Prickly. 1966.


Malcom Slesser, jefe de la Scottish Andean Expedition de 1964, creyó por las indicaciones de una lugareña26 que Padre Eterno y Verónica eran nombres de nevados distintos. El alpinista escocés, en el capítulo «A confusion of mountain» de su libro The Andes are Prickly (1966), asoció el nombre Padre Eterno al nevado, le calculó mayor altura (20.150 pies [6142 m]), situó el Verónica (17.550 pies [5350 m]) al suroeste en un croquis de la página 115 y en la 122 escribió:27
«Las posibilidades que tenemos delante (i) abordar otro pico, digamos Verónica, (ii) intentar este pico desde otro valle adyacente, o (iii) ir a la carretera militar y probar el Padre Eterno desde allí».
Esta distinción entre montañas se repite en la página 129:
Aquella noche Betty y yo fuimos a ver al capitán [Solar] y nos recibió un joven oficial... Nos ofreció café y nos mostró un plano de la zona en la que por primera vez descubrimos que inmediatamente al sur estaba el Huacratanca, escalado ya por Piero Ghiglione en 1953, mientras que al norte una vaga descripción general combinaba el Verónica, el Padre Eterno y otros como los `Nevados de Verónica´. Sin embargo, pudimos ver que la nueva carretera llegaba al Abra Málaga y el paso estaba emplazado convenientemente para el Padre Eterno... El capitán Solar era guapo, de mediana edad, bien conservado indio español, educado y listo para ayudar. Nos dijo que un gran grupo de alemanes había venido aquí el enero pasado y había escalado por primera vez la montaña, pero no sabía nada de su ruta. La situación era ahora extremadamente confusa. La montaña más alta de la zona era el Huacratanca, que era evidentemente uno de los picos más bajos que nos rodeaban. El Padre Eterno se enumeraba con 18.500 pies y aún era con mucho la montaña más alta de los alrededores, si no en el conjunto de las cordilleras al este de la Urubamba. ¿A quién y qué debemos creer?

El Padre Eterno y el intento de la expedición de Slesser en Alpine Journal, 1965.


La segunda ascensión registrada fue por Koichi Iwatami y Hajime Tanaka, con tres vivacs. Esta cordada, de la expedición japonesa de 1967, se aproximó al glaciar por la quebrada Runtumayo. Escaló la cara sursuroeste hasta arista sureste para recorrerla hasta alcanzar la cumbre, el 6 de septiembre.

Los registros analizados hasta el momento por Andes Info gracias al Servei General d'Informació de Muntanya (SGIM) de Sabadell indican que la tercera ascensión fue de la expedición polaca de 1973, aunque se le atribuye la cuarta en AAJ (1974 y 1975), por una nueva vía en la cara norte:
Un nuevo campo base fue emplazado en la Cordillera Urubamba cerca del Paso Malaga a 13775 pies [ca. 4200m]. En contra de las malas condiciones meteorológicas el grupo decide ir al espolón sur del Verónica o Huacrahuilki (19336 pies [ca 5895m]) y el 13 de septiembre Chrobak, Gutkowski, Łaukajtys and Wilczyński parten hacia la cara norte, completando la cuarta ascensión el día 14 por esta nueva ruta.28
Łaukajtys explica en la revista polaca Taternik29 que instalaron el campo base en el valle de Usmabamba. Entraron a la pared del lado izquierdo de la lengua del glaciar principal de la cara norte. El recorrido por la roca fue complicado hasta la parte superior del primer glaciar colgante que se fusiona con la arista noreste. Recorrieron este glaciar hasta ganar la quebradiza costilla rocosa que les condujo al glaciar siguiente y lo ascendieron sin llegar a la arista.

Se desviaron luego a la derecha para llegar a una rampa de nieve con seracs. Esta desviación les llevó al glaciar principal. A continuación ascendieron por campos de hielo (meseta) para cruzar a la cresta noreste. Después de superar grietas de hielo gigantes alcanzaron la cúpula cimera y luego la cumbre. Descendieron por la misma ruta.

Intentos de la Gwent Andean Expedition 1983 en el espolón NE del Huacrahuilki. Fuente Alpine Journal, 1984.


Los autores de la cuarta o supuesta quinta ascensión, el británico Richard Toon y el norteamericano Tom Hendrickson, añadieron en AAJ (1978) otra forma escrita del orónimo, «Waqaywilki», basada en la conocida significación religiosa `abra del llanto´:
El 26 de agosto [de 1977] Hendrickson y yo terminamos una ruta nueva y conseguimos la quinta ascensión del Waqaywilki (19336 feet) [ca 5895m]. Escalamos la larga costilla suroeste. La escalada duró siete días, incluido dos para el descenso. La meteorología fue buena. Hubo largos de hielo con dificultad de grado 4 escocés.30



Epílogo

Si cabe cuestionar los conocimientos de ciertos lugareños convencidos de que «Wakaywillka son todas las cimas» del macizo que nos ocupa. Si al respecto recordamos que no todos los serranos responden con suficiente facultad y conviene preguntar a muchos para obtener una muestra significativa de la coincidencia de nombres y cimas. Si el alfabeto castellano es insuficiente para transliterar parte de la riqueza sonora de las ágrafas lenguas del imperio incaico (puquina, aimara, quechua, etc.) y sustratos de otras del antiguo panorama lingüístico serrano. Si a veces, pese al esfuerzo de los topógrafos por superar tantos obstáculos con medios limitados, la oronimia de la cartografía del ING del Perú concuerda poco con la del uso común de la población serrana. Si al mirar un croquis topográfico, que simplifica demasiado el relieve de un macizo montañoso, es fácil confundir la localización de las cimas cuando no las indica todas. Si por esto dudamos del acierto al atribuir dichos nombres italianos en la hoja cartográfica de Urubamba. Si consideramos la variedad de nombres inadecuados y la disparidad de alturas que han recibido las cimas del macizo del Huacrahuilki en las publicaciones. Si ciertas ascensiones registradas no precisaron la localización exacta de las cimas. Si muchas de las primeras ascensiones de los topógrafos peruanos (precursores del andinismo) no se registraron. Entonces resulta bastante aventurado afirmar a) que la transliteración Wakaywillka es la correcta, b) que podría serlo Huajayhuillca o Waqaywillka o Waqayhuillca, c) que este nombre corresponde a la cima situada entre las denominadas Bonanta y Marconi en la hoja de Urubamba y d) que los torreones del P ca 5350 situados entre el Huajayhuillca (o Wakaywillka) y el Huacrahuilki (o Wekihuillca o Willka Weqe) siguen vírgenes. Queda abierta, pues, la indagación que revele al menos una ascensión a cualesquiera de estos torreones y, si nunca fueron hollados, procede un debate especializado sobre sus futuros nombres oficiales o si debe llevar el apellido Marconi un «nevado» que la expedición italiana nunca escaló.

NOTAS

22 De Booy escribió en el capítulo «Una montaña innominada» del libro The Untrodden Andes, edición británica de la holandesa Naar Onbestegen Andes-Toppen: Subir un pico virgen que llega hasta casi 18.000 pies está muy bien, pero uno lo tiene que llamar algo! Tenía que ser bautizado. Después de una discusión interminable, acordamos llamarlo Nevado Queshque como el valle, la quebrada Queshque. Esto estaría de acuerdo con la costumbre en otras partes de la Cordillera Blanca, donde muchas montañas toman sus nombres de los valles de abajo. En esto fuimos mucho menos originales que los miembros de la expedición franco-belga. Después de hacer una primera ascensión similar en el verano de 1951 en la porción norte de la Cordillera Blanca, bautizaron su pico recién conquistado, el Nevado Pisco, siendo este el nombre de una marca popular de ginebra peruana, de la cual habían consumido grandes cantidades el día anterior.
23 Lionel Terray publicaría en su obra, Los conquistadores de lo inútil, pp. 189-191: «Al cabo de tres meses de esfuerzos en el terreno burocrático, todo estaba listo. En abril aterricé en el aeropuerto de Cuzco, la antigua capital de los incas, donde volví a encontrarme con Egeler y De Booy, a los que acompañaba el topógrafo Hans Deckhout. Al cabo de unos días, el joven y brillante escalador ginebrino Raymond Jenny, al que habíamos invitado a venir para reforzar nuestro equipo, llegó de Bolivia, país en que llevaba seis meses enseñando esquí y alpinismo.»
24 AAJ 1957 p. 167.
25 EGELER, C. G. Andes-Expeditie 1956. De alpinistische resultaten. De Berggids, sept 1956, pp. 175-178.
26 Slesser escribió entre las páginas 118 y 119 de su libro The Andes are Prickly: «“Ah! Many years ago we had Frenchs climbers here. They were fine noble gentlemen. It will be an honour.” That was Lionel Terray and de Booys. She led us round to the back to the house where a newly harvested field was laid at our disposal to camp on. And then, pointing over an incredibly tall and slim eucaliptus that was swaying majestically in the wind, she said: “And there is Veronica.” The peak was one in the recently spotted cirque and, though fine, had none of the inmensity of our mountain, to which she now pointed and with a certain awe added: “And that is El Padre Eterno, the Eternal Father.” So that was the name of our mountain! Another piece of the jigsaw clicked into placed. Veronica was a peak climbed by Lionel Terray and the Franco-Dutch expedition of 1956. It looked the height claimed for it, about 19,000 feet. What puzzle us was that Padre Eterno, listed as 18,500 feet, was obviously much higher. Not only that, but it was manifestly the hardest mountain in the district, and was shown in the Peruvian review as having been climbed in January 1960, a most unlikely time of the year for climbing a really high peak. However Italian expedition of the previous year had shown a peak near here at 20,000 feet. This must be it. Furthermore, was it likely that a man of Lionel Terray's instintcs would come here and not attempt the finest peak in the group? Yet had he done so it was hard to believe he could dismiss the whole event in two-thirds of a sentence, which he does in his book, Conquistadors of the Useless. Ana María was emphatic that it has never been climb, and when we said that we were going to climb it, she gazed at us with awe, “You are heroes,” she announced. “It will lend you an arriero and five burros without charge.”»
27 Página 122: «The posibilities facing us where (i) tackle another peak, say Veronica, (ii) try this peak form another adyacent valley, or (iii) go to the military road and try Padre Eterno from there». Página 129: «That evening Betty and I went to see the Captain, and were entertained by a swashbuckling young officer who had Betty starry-eyed. He offered us coffee and showed us a plan of the area in which for the first time we discovered that immediately to the south was the Huacratanca, already climbed by Piero Ghilione in 1953, while to the north a vague blanket description combined Veronica, Padre Eterno y others as the `Sonows of Veronica´. However, we could see that the new road wound up to the Abra Malaga and the pass was conveniently placed for Padre Eterno… Captain Solar was an handsome, middle-aged, well-preserved Spanish Indian, polite and ready to help. He told us that a large party of Germans had come here last January and had climbed the mountain for the first time, but he knew nothing of their route. The situation was now extremely confused. The highest mountain listed in the area was Huacratanca, which was manifestly one of the lower peaks around us. Padre Eterno was listed as 18,500 feet and yet was by a long chalk the highest mountain hereabouts, if not in the whole of the ranges to the east of the Urubamba. Who and what were we to believe?»
28 AAJ 1974 p. 188, 1975 p. 173; Taternyk, nº 1, 1974, pp. 13-18.
29 Taternyk, nº 1, 1974, p. 18.
30 AAJ 1978 p. 575: Saint Helens Mountain Club 1977 Andean Expedition, informe mecanografiado.

Comunicaciones personales y agradecimientos (c.p.)
Carles Capellas, Josep Paytubi y equipo humano del Servei General d'Informació de Muntanya (SGIM) de Sabadell, Antonio (Toño) Rodríguez Verdugo, Guillermo Morales Cacha (RIP), Evelio Echevarría Caseli, José Herminio Hernández, Claudio Fernando Bravo, Tamotsu (Tom) Nakamura, Doris Walter, Almudena y Lenin Alvarado Javier, Biblioteca Nazionale CAI y Museo Nazionale della Montagna, Susan Jensen y Alpine Club Library

Fuentes consultadas

Abreviaturas

AJ Alpine Journal. Londres: The Alpine Club
AAJ American Alpine Journal. New York: The American Alpine Club.
BCAT Boletín Club Andino Tucumán. Tucumán: Club Andino de Tucumán.
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RA Revista Andina. Santiago de Chile: Club Alemán Andino.
RM Rivista Mensile. Torino: Club Alpino Italiano.
RPA Revista Peruana de Andinismo. Lima.
S Sangaku. Tokyo: Japanese Alpine Club.
T Taternyk. Varsovia: Polskiego Związku Alpinizmu poświęcony sprawom taternictwa, alpinizmu i speleologii. [Asociación Polaca de Alpinismo dedicada a escalada, alpinismo y espeleología].

Bibliografía

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domingo, 25 de junio de 2017

06.Andes. Perú. Cuzco. Cordillera Urubamba. Macizo del Huacrahuilki

La Scottish Andean Expedition de 1964 creyó que Padre Eterno y Verónica eran nevados distintos. Fuente SLESSER, Malcolm. The Andes are Prickly. 1966.


Viene de Parte 5

El Huacrahuilki o «Wekihuillca» o «Willka Weqe» (5750 m o 5682 m)
(5894 m en Bingham, 5750 m en Egeler and De Booy, Cerro Verónica 5750 m en Gighlione, Waqaywillka y Wakaywillca 5750 m en Fantin, Nevado Verónica 5682 m en IGN, Verónica o Wekihuillca o Padre Eterno 5750 m en Morales Arnao, Nevado Padre Eterno 6150 m en Ochoa-Schweimer)

Llamado a veces «Nevado Padre Eterno», es común llamarlo «Nevado Verónica» y rara vez por sus posibles nombres nativos «Huacrahuilki»14 o «Wekihuillca» o «Willka Weqe».

Es probable que «Huacrahuilki» venga de «waqra» (`cuerno´, `cornamenta´, `cacha´, `asta´) y de «willk'i» (`abra aguda´ o `garganta afilada´) según el Diccionario Quechua - Español - Quechua, de la Academía Mayor de la Lengua Quechua, del Gobierno Regional de Cusco, publicado en 2005. Por el orden de los sustantivos, el término podría referir más bien al `abra del cuerno´ que al `cuerno del abra´ y, si así fuera, es lógico asociar el nombre al Abra Málaga15 (antaño Abra de Panticalla),16 que es el paso (4316 m) al noreste del nevado.

Acerca del nombre Waqaywillka que Fantin antepone al Nevado Verónica oficial,17 «waqay» en dicho diccionario significa como sustantivo `canto del gallo´, como verbo podría significar `llorar´, `gemir´, `gritar´ o `aullar´. A este verbo, `llorar´, refiere el Inca Garcilaso en sus Comentarios reales con la forma escrita «huaca».18 «Willka» como adjetivo dijimos que refiere a `sagrado´ o `divino´, como sustantivo puede referir al `ídolo Huillca´, también a `biznieto o biznieta´; aunque refiera a nieto´ para la mayoría de quechuahablantes.

El orónimo Wekihuillca, uno de los tres (junto a Padre Eterno y Verónica) que registra para la misma montaña el andinista y comunicador César Morales Arnao,19 puede derivar del sustantivo quechua norteño «weqi» (`lágrima´) que unido al adjetivo «huillca» podría significar `lágrima sagrada´.20 La escritora peruana Alfonsina Barrionuevo asocia la representación mental `Lágrima Sagrada´ al significante lingüístico quechua «Willka Weqe».21

Nevado Verónica visto desde el sur (izquierda) y a la derecha la vertiente suroeste. Fuente Yucay de Mario Fantin.


Continuará en Parte 7

Notas

14 Con igual o mayor interés que Kinzl (véase nota 17) por la lengua quechua, el alpinista canadiense John F. Ricker —estudioso del andinismo y de la oronimia— escribiría en AAJ 1971 p. 410: «Dejando el autobús de Cuzco-Quillabamba en la parte superior del paso [Abra Málaga] el 25 de abril, decidimos en contra del tiempo tormentoso intentar el Huacrahuilki (también conocido como Padre Eterno y con mucho menos justificación Verónica).»
15 En el Diccionario de la lengua española, «abra» significa `abertura ancha y despejada entre dos montañas´.
16 Aún se conocía este alto paso andino con el nombre Abra de Panticalla cuando La Convención fue declarada provincia en 1857 por el gobierno del entonces Presidente de la Repúbilca del Perú, el mariscal Ramón Castilla y Marquesado, durante la Convención de Huancayo. Por esta razón en algunos documentos antiguos el macizo que nos ocupa recibe el nombre Cordillera de Panticalla.
17 El artículo del alpinista y profesor Hans Kinzl —interesado por la toponimia que incluiría en las Alpenvereinskarte de las cordilleras Blanca y Huayhuash—, traducido por Alfred Buchner, publicado por la Revista Peruana de Andinismo nº 10, 1971-1973, cuenta que los «antiguos nombres indios de poblaciones se han conservado asombrosamente después del predominio de 400 años del idioma español, en toda la extensión del Imperio Incaico desde el Sur de Colombia a Chile. Comparado con esa extensión, los españoles dieron después a la conquista del Perú, una gran variedad de nombres españoles a las ciudades fundadas por ellos. Procedieron en la forma usual. En primer lugar escogieron denominaciones religiosas».
18 «Esta misma dicción huaca, pronunciada la última sílaba en lo más interior de la garganta, se hace verbo: quiere decir llorar. Por lo cual dos historiadores españoles, que no supieron esta diferencia, dijeron: los indios entran llorando y guayando en sus templos a sus sacrificios, que huaca, eso quiere decir. Habiendo tanta diferencia de este significado llorar a los otros, y siendo el uno verbo y el otro nombre, verdad es que la diferente significación consiste solamente en la diferente pronunciación, sin mudar letra ni acento, que la última sílaba de la una dicción se pronuncia en lo alto del paladar y la de la otra en lo interior de la garganta.» Sobre «las muchas y diversas significaciones [del] nombre huaca,» léase en el libro segundo de la primera parte de los Comentarios reales de los incas, escrita por el Inca Garcilaso de La Vega, el Capítulo IV: De muchos dioses que los historiadores españoles impropiamente aplican a los indios y el Capítulo V: De otras muchas cosas que el nombre Huaca significa.
19 MORALES ARNAO, César. Las cordilleras del Perú. Lima: Banco Central de Reserva del Perú y Consejo Editorial USMP, 2001, p. 90.
20 Una colaboración de Alfredo Zuñiga publicada el 22 de abril de 2010 en andeshandbook se basa en una leyenda al afirmar que el «Verónica fue originalmente llamado Waynawillca (Joven Sagrada)», que después «pasó a denominarse Wakaywillque, que en quechua significa “Lágrima Sagrada”, en recuerdo de la tristeza por la pérdida del imperio y el exilio de la dinastía Inca. Más tarde, los españoles relacionaron el nombre quechua con la “Llorona Verónica”».
21 BARRIONUEVO, Alfonsina. Hablando con los Apus. Poder en los Andes. Lima: Edición del autor, 2011.

Comunicaciones personales y agradecimientos (c.p.) Carles Capellas, Josep Paytubi y equipo humano del Servei General d'Informació de Muntanya (SGIM) de Sabadell, Antonio (Toño) Rodríguez Verdugo, Evelio Echevarría Caseli, José Herminio Hernández, Claudio Fernando Bravo, Tamotsu (Tom) Nakamura, Doris Walter, Almudena y Lenin Alvarado Javier, Biblioteca Nazionale CAI y Museo Nazionale della Montagna, Susan Jensen y Alpine Club Library