jueves, 1 de julio de 2021

Reino Unido. Troll_Arnés de asiento. Orígenes. Relato de Paul Seddon y Tony Howard. Parte II

Viene de Parte I

«La idea de Don Whillans era un "pañal" de nailon para soportar el peso del escalador alrededor de los muslos y la cintura, formando un asiento para la escalada y el transporte de cargas en altura. Al principio no funcionó, pero hizo que Don, Alan y yo pensáramos. Luego, Paul Seddon, otro escalador local, se unió a nosotros, fusionando su pequeña empresa de equipos de escalada, Parba Products».
Tony Howard


Alan Waterhouse (izquierda) y Paul Seddon, a principios de la década de 1960. Foto Tony Howard.


El arnés Whillans

Después de un considerable ensayo y error surgió finalmente «The Whillans Harness», que resultó esencial para el éxito de la expedición. El admirable resultado fue, en efecto, un arnés de asiento con un punto de sujeción ubicado en una correa de entrepierna, que se conectaba a un cinturón integral con otras cintas que rodeaban los muslos. Cuando se cargaba la correa de la entrepierna (por el peso del escalador), también se cargaban las correas alrededor de los muslos, lo que permitía al escalador descansar con relativa comodidad.

El arnés funcionó bien para las tareas previstas. La expedición británica al Annapurna tuvo éxito y Don Whillans y Dougal Haston alcanzaron la cumbre el 27 de mayo de 1970, casualmente, el cumpleaños de Tony Howard. El arnés luego tuvo algunas modificaciones menores y se introdujo en el mercado al año siguiente. Estaba destinado a ser mundialmente famoso tanto para la escalada en roca como para el montañismo. Poco después, Tony se fue por un año al Yukón. Este resultó un viaje de dos años y medio, tiempo durante el cual Paul dirigió el negocio diario de Troll asistido por Alan.

Imagen anterior. Bill Tweedale con arnés Whillans en la primera ascensión de la Torre Angdan, Groenlandia, 1973. Foto Tony Howard.

Algún tiempo después de que los miembros de la expedición al Annapurna regresaran a casa, Paul recibió una carta de Tom Frost que decía que, aunque el arnés funcionaba bien, le decepcionaba que no fuera posible sujetar la cuerda de escalada en el cinturón del arnés. El punto de sujeción de la cuerda de escalada en la correa de la entrepierna era demasiado bajo para los propósitos normales de protección contra caídas, aunque estaba bien para el prusiking [ascender por cuerdas fijas] y el ráppel. ¿Podría Troll hacer algo al respecto?

Tom Frost era socio comercial de Chouinard Equipment con otro famoso escalador estadounidense, Yvon Chouinard. Esta era una oportunidad de oro. Paul respondió de inmediato y dijo que sí en ese momento, sin tener idea de cómo se podría lograr la solicitud de Tom. La comunicación era lenta: eran los días en que no había faxes, ni correos electrónicos, ni Internet; sólo correo postal y télex. Troll no tenía una máquina de télex, por lo que hubo largos intervalos entre los intercambios de información, ya que todo tenía que comunicarse por carta.

Chouinard Equipment se convirtiría años después en Black Diamond. A la derecha Ivon Chouinard fotografiado por Tom Frost. Fuentes de la imagen: catálogo Chouinard 1972 y Wikipedia


Lentamente, se desarrollaron ideas sobre cómo se podía cumplir con la solicitud aparentemente simple de Tom. Producir prototipos fue difícil, ya que Troll sólo tenía una maquinista de coser y ella vivía a buena media hora en auto, por lo que para arreglar los cinturones, Paul recurrió a una grapadora grande para los primeros prototipos y luego a los pernos y empotradores para pruebas preliminares. Las correas se tuvieron que reposicionar, se diseñaron e incluyeron los lazos de amarre en la cintura, se rediseñó la correa de la entrepierna y se determinó el rango de tamaño. Usaba estos prototipos en la oficina y el taller mientras se preguntaba por los diversos problemas que rodean cualquier proyecto de desarrollo. ¿Cómo atarse a la cintura pero durante una caída la carga recaiga principalmente en las correas de los muslos?

Es tan obvio ahora..., pero definitivamente no lo era en ese momento. La respuesta: enlazar la cuerda, ahora unida a los dos ojos de sujeción de las correas colocados en el cinturón, mediante un mosquetón en la correa de la entrepierna. Resultado: un arnés fácil de poner, sin restricciones durante la escalada, pero con tensión en los lugares correctos cuando fuera necesario. ¡Eureka!

Diseño final del arnés Whillans. En ambas fotos anteriores, el cinturón que sobresale del arnés debe pasar de nuevo por la hebilla hacia el centro; dejarlo así sería peligroso. Foto Sevi Bohórquez.


Siguieron pruebas reales y en vivo (con versiones debidamente cosidas), que implicó realizar muchas pruebas de salto, principalmente con árboles apropiados. Algunas de estas pruebas se llevaron a cabo en un cementerio cerca de la casa de Don Whillans, un lugar apto, tal vez, si las pruebas hubieran fallado. El arnés obtuvo la aprobación de Don y a Troll se le permitió usar su nombre. Tom Frost estaba contento con el diseño y Chouinard Equipment (con sede en California) realizó el primero de muchos pedidos.

Continúa en Parte III

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