martes, 21 de junio de 2022

Italia. Dolomitas. Alpinismo. Escalada. La conquista del tercer grado

Cesaletti y la segunda época del alpinismo

Mientras paseaba en 1977 por las calles de Auronzo di Cadore, en los Dolomitas, miré al escaparate de una librería y atrajo mi atención el título de un libro: La conquista del 3° grado.

Pasé de largo, sin ojear su contenido, no lo podía comprar, pero traté de rellenar con imaginación mis huecos de ignorancia sobre la historia de la escalada durante esa conquista. Pensé fugazmente en la indumentaria, las cuerdas, los utensilios, los temores y la mentalidad escaladora del siglo XVIII.

Recordé luego la cantidad de suelas, de las que sobresalían hileras de remaches metálicos similares a cabezas de chincheta, que vi días atrás en las pedregosas laderas bajo las tres cimas de Lavaredo. Eran suelas de las botas de soldados de la primera guerra mundial (1914-1918), ¡cuánto facilitarían el paso por la nieve y cuánto resbalarían en la roca!

Cuarenta y cinco años después he comprado aquel libro. Es una breve biografía sobre Luigi Cesaletti, quien, en un momento de su vida escaladora, alteró la tradicional costumbre alpinista centrada en alcanzar las grandes cumbres. Esta obra dedicada al célebre guía de San Vito di Cadore registra entonces el origen de una segunda época del alpinismo, la que empezó a valorar la escalada que alcanzaba cimas menores.
«24.8.1877 Solo, al parecer por una apuesta con su amigo G.B. Giacin, [Cesaletti] sube a la Torre dei Sabbioni, a lo largo de lo que ahora es la Via Comune. Supera dificultades que los estudiosos del alpinismo clasifican como TERCER GRADO. Es la primera vez en la historia de la humanidad que un alpinista se atreve tanto.»

La cima Picolissima a la izquierda de las tres cimas de Lavaredo: Ovest (derecha), Grande (centro) y Piccola. Dolomitas. Italia. Foto Sevi Bohórquez, 1977.


Pensemos ahora en el calzado de Paul Preuss y Paul Relly cuando abrieron, por ejemplo, la chimenea de la Cima Picolissima de Lavaredo, en septiembre de 1911, con escalada libre, más bien natural, con dificultades de V° y sin utilizar pitones. Quien caminara alguna vez calzado con suela de cuero, sobre todo por suelo húmedo, apreciaría bastante sus primeros zapatos con suela de caucho. Lo mismo ocurriría a quien empezara a escalar con alpargatas de suela de cáñamo, o con botas de suelas de cuero, después escalara con goma normal y, al final, con la goma cocida que facilitó la superación de dificultades dos siglos después de la conquista de Cesaletti.

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