martes, 18 de diciembre de 2012

África. Marruecos. Marrakech. Atlas. Taghia. Viaje con Lahcen Bouredda. Parte II


Viaje desde Marrachech a Zaouïat Ahansal.
Foto Sevi Bohórquez


Desde Marrakech a Zaouïat Ahansal

Desvelados por dos llamadas a la oración sobre las cinco de la madrugada recurrimos a la lectura, hasta el aviso para desayunar en el patio de la riad Alamir. Lahcen llegó puntual a las nueve de la mañana, cargamos nuestras mochilas en su furgoneta y emprendimos el viaje.

Al cabo de tres cuartos de hora compramos fruta en el pequeño zoco de Had Ras Aim. A mediodía, cuando llevábamos 166 kilómetros recorridos, llegamos a la pequeña ciudad de Azilal. Comimos en el restaurante Ben Ziyad, al lado izquierdo de la carretera. Una hora después continuamos en dirección sureste.

Lavandera en Aït M'Hamed a las 13:45 horas. Descanso en ladera noroeste del Jbel Azourki una hora después.
Foto Sevi Bohórquez


Lahcen preguntó en la localidad comunal de Aït M'Hamed (Ait Mohamed) por las condiciones de los puertos de montaña. Nadie sabía si la nieve cerraba el paso. Cruzar el Tizi N'llissi (2606 m) nos ahorraría un rodeo de más de 40 kilómetros al norte por la pista de Talmest hacia La Cathédrale. Unos nómadas que se traslaban con su ganado en un camión hacia tierras más cálidas, nos dieron la respuesta positiva que buscábamos.

Entre niebla inconstante y abundante nieve recorrimos despacio la fría ladera noroeste del Jbel (montaña) Azourki, de 3862 m. Sobre las tres de la tarde cruzamos con prudencia el N'llissi. Un kilómetro más abajo terminó el pavimento. La pista, en obras, embarrada, con largos surcos de agua corriente de nieve derretida, quizá llegue asfalta hasta Ahansal el próximo año debido a la potencialidad turística de la zona.

Bajamos hasta Ism Souk (2350 m) o Asumsouk, zoco de nómadas. Paramos, estiramos un poco las piernas y contemplamos una de las cimas de la arista del Azourki.

Pastoras de ovejas y cabras en Ism Souk con una de las cimas de la arista del Azourki al fondo.
Foto Sevi Bohórquez


Poco después de cruzar el río Waoughighit subimos de nuevo, mientras Lahcen nos explicaba que las casas entre enebros centenarios de la ladera izquierda fueron aislados refugios de pastores. Paramos en el siguiente colllado para fotografiar la muralla rocosa noroste del Jbel Aroudane (3359 m) y conversar con tres pastores.

En el trayecto habíamos fotografiado, además de montañas, detalles de una sosegada vida rural en domingo; similar a la de antaño en Andalucía. Olvidados de la prisa occidental, llegamos a Zaouïat Ahansal relajados por completo.

Nos alojamos en la gîte de etape (hospedaje de ruta) de Mohamed Amagar, última casa del pueblo, en el camino a la aldea de Taguia. Su esposa nos trajo al rústico salón-comedor-oficina un té dulce mentolado, aromatizado con una pizca de romero, y un platito de galletas caseras.

Lahcen Bouredda sirve el té de la tarde (foto arriba-izquierda), el de la mañana siguiente (derecha) y destapa el tajín de la cena en Zaouïat Ahansal.
Foto Sevi Bohórquez


Agasajo que distraería la inevitable impaciencia al percibir el olor del pan recién horneado y del suculento tajín de la cena. Después de una entretenida sobremesa nos acostamos, con agradable sensación de cansancio y necesidad de anotar en nuestras «memorias ortopédicas» (cuadernos de papel) los recuerdos de este viaje.

Continúa en Parte III

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