Excursión desde Namche Bazaar a Khumjung y Khunde
Viene de Parte 3
Al día siguiente, de aclimatación y descanso, cruzamos la rústica pista del aeropuerto de Syangboche —ya no se suele usar para vuelos de pasajeros—, subimos al chorten de Syangboche La y luego al Khumjung La, collado con preciosas vistas hacia el Ama Dablam y el Lhotse Shar.
Bajamos luego hasta Khumjung (3780 m), pueblo considerado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad desde 1979.*
El pequeño museo de Khumjung que guarda el pretendido escalpelo del yeti está cerrado, abrirlo sólo costaría 500 rupias y buscar al custodio de la llave —que debe estar almorzando—, así que, como hemos visto mucho esa supuesta «reliquia» en fotografías y documentales, pasamos de largo prestando atención a todo lo pintoresco del lugar. Nos llama la atención el precio de la cerveza, 1000 rupias, nada extraño si consideramos el esfuerzo que cuesta traerla tan lejos.
Continuamos hacia Khunde (3840 m), donde, después de tomar unas tazas de «lemon tea» —en realidad agua caliente con limón en polvo— regresamos a Namche por un bosque en cuyo fondo casi una docena de cimas himaláyicas aparentan cercanía aunque alguna dista veinticinco kilómetros.
Hemos caminado 8,620 km, en 3,30 h, paramos 2,30 h, ascendimos en total 437 m y alcanzamos una altura máxima de 3888 m. Después de una cena divertida en compañía de Chowan y su familia, nos retiramos a leer un poco antes de dormir. Qué buen invento es el ebook.
Nota
*Phura, señalando hacia la escuela «Hillary», fundada en 1961, nos comenta que ignora si es leyenda o realidad la creencia de que Tenzing al bajar del Everest regresó a Khumjung, reunió a la población sherpa de Khumbu —llamada sherwa en aquel tiempo—, dijo que fue el primero en alcanzar la cumbre y Hillary había dicho lo contrario. Los aldeanos que creyeron a Tenzing fueron tan enfadados a ver a Hillary que éste tuvo que ser protegido por otros sherpas. El alpinista neozelandés, decidido a terminar con la polémica, preguntó a Tenzing qué querían los enojados. Unos pidieron cuerdas para atar a sus animales, otros preferían tiendas, zapatos y cosas por el estilo. Tenzing fue aclamado cuando dijo que necesitaban cosas menos perecederas, como salud, educación y cultura. Hillary, de acuerdo con la propuesta si el pueblo sherpa prometía aceptar que Tenzing llegó segundo a la cumbre del Everest, se comprometió a subvencionar el hospital de Khunde, la escuela de Namche, la de Khumjung y, en esta aldea, la restauración del monasterio.
Le recuerdo a Phura que aquella ascensión fue obra de un equipo y el mérito de todos los expedicionarios. «Sí, pero hay quien piensa que la fama es de Hillary, casi nadie conoce a Tenzing», dice nuestro amigo. «Menos conocido es el esfuerzo de Tom Bourdillon y Charles Evans —añado—, que quizá merecieran la cumbre tanto como Tenzing y Hillary.»
Continua en Parte 5
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